"Nosotros tenemos que mirar para arriba, para el ascenso". La ambición de este chico no tiene límites. Apenas acumula veinte minutos sobre un terreno de juego de Segunda División y ya piensa en la Primera. Es Enrique Ortiz, el futbolista de Azuaga que hasta hace muy poco vestía la camiseta del Cacereño. Ahora ya empieza a ser decisivo en el Cádiz, con el que debutó el sábado del modo más brillante posible.

Enrique, que en el anterior encuentro había quedado fuera de la convocatoria dentro de su proceso de adaptación a un equipo al que llegó hace menos de un mes, salió en el minuto 70 del choque ante el Getafe. El resultado era 1-1 y nada pintaba bien en el Ramón de Carranza, pero el extremeño apareció para dinamitar el encuentro.

Primero provocó la expulsión de Nano ("fue un forcejeo en un balón en la banda y él me acabó soltando el codo", contaba ayer a este diario) y después fue objeto de penalti en el descuento. Manolo Pérez lo transformó en el 2-1 y Enrique completó un estreno glorioso. "Las cosas me están saliendo bien. Estoy muy contento en la ciudad y en el club", cuenta.

Interés por el Cacereño

La felicidad no es completa. Sigue sintiéndose jugador del Cacereño y de hecho ayer pensaba cruzar el estrecho para animar a sus excompañeros en Ceuta para que salgan de su difícil situación en la tabla, pero no pudo hacerlo por circunstancias climatológicas. "Tengo mucho aprecio a este equipo y espero que salgan de abajo lo antes posible", afirma Enrique, convencido de que se le dejará de echar de menos pronto.