ISLANDIA - 24: Gustavsson; Olafsson (1), Petersson (5), Ingimundarson (2), Jakobsson (1), Atlason (1) y Sigurdsson (3) --equipo inicial-- Gudmundsson (ps), Svavarsson (1), Palmarsson (4), Hallgrimsson (-), Gudjonsson (3, 1p), Stefansson (2), Gunnarsson (1), Sveinsson (-) y Kristjansson (-)

ESPAÑA - 32: Sterbik; Roberto García (1), Gurbindo (6), Chema Rodríguez (1), Alberto Entrerríos (5), Juanín García (4) y Aguinagalde (4) --equipo inicial-- Hombrados (ps), Rocas (2), Maqueda (-), Raúl Entrerríos (6), Cañellas (1), Viran Morros (1), Romero (), Ugalde (1) y Garabaya (-).

ARBITROS: Ljubic y Krstic (Eslovenia). Expulsaron con tres exclusiones al jugador español Alberto Entrerríos (m.56).

La selección española de balonmano certificó su regreso a la elite con su clasificación para las semifinales del Campeonato del Mundo de Suecia, tras imponerse por 24-32 a Islandia, tras una exhibición defensiva en la primera parte. Consciente de que gran parte del juego ofensivo del equipo islandés recae en la conexión de los jugadores de primera línea, en especial el central Snorri Gudjonsson, con el pivote, el equipo español apostó de inicio por una defensa adelantada para dificultar el juego nórdico.

Una opción que no pudo salir mejor al conjunto español, como evidenció el hecho de que el pivote islandés Robert Gunnarsson, uno de los máximos goleadores del equipo nórdico, no lograse su primer tanto hasta el minuto 24 de la primera mitad.

Todo un problema para el subcampeón olímpico, que pese a las dificultades para conectar con los seis metros, buscó una y otra vez el pase al pivote, una circunstancia que no desaprovechó España para robar el balón. Robos que permitieron a la selección exhibir por primera vez en el campeonato su veloz juego de contraataque, con el extremo Juanín García, que cerró el primer tiempo con tres tantos, como punta de lanza.

Así, a la carrera el conjunto español fue abriendo una brecha cada más amplia en el marcador, hasta lograr una renta de siete goles (6-13), que dio a España la tranquilidad necesaria, para acabar, incluso, con las dudas que había mostrado hasta el momento en el ataque estático.

Surgieron, por fin, las penetraciones de Raúl Entrerríos, las fintas de Eduardo Gurbindo, espectacular en la primera mitad, o las conexiones con el eficaz Julen Aguinagalde, infalible desde los seis metros.

España volverá a luchar por las medallas seis años después de proclamarse campeona del Mundo en Túnez en el 2005.