ESPAÑA - 30: Hombrados; Rocas (3), Maqueda (1), Morros (3), Ugalde (3), Raúl Entrerríos (2) y Romero (9, 4p), Sterbik (ps), Roberto García (-), Gurbindo (-), Chema Rodríguez (-), Cañellas (3), Alberto Entrerríos (-), Juanín García (2), Garabaya (2) y Aguinagalde (2).

HUNGRIA - 24: Fazekas; Tamas Ivancsik (3), Mocsai (2), Ilyes (2), Pérez (1), Gergo Ivancsik (1), Schuch (-), Mikler (ps), Csaszar (4), Harsanyi (-), Toro (-), Kornel Nagy (-), Gulyas (1), Katzirz (1), Zubai (5) y Lekai (4).

MARCADOR CADA 5 MINUTOS: 2-1, 5-2, 8-6, 9-9, 12-10 y 13-13 (Descanso). 16-13, 18-16, 21-17, 22-19, 25-22 y 30-24 (final del partido).

La selección española de balonmano llegará sin conocer la derrota a las semifinales del Campeonato del Mundo, tras imponerse por 30-24 a Hungría, en un encuentro que Valero Rivera aprovechó para dar minutos a los jugadores que menos habían participado en el torneo.

Ni los numerosos cambios introducidos por el seleccionador, que trató de reservar lo máximo posible a los jugadores que más minutos han disputado en el Mundial, mermó la intensidad defensiva del equipo español.

La actuación de Cristian Ugalde en el puesto de avanzado de la defensa nada tuvo que envidiar a la protagonizada días anteriores por Roberto García, como tampoco desmereció la presencia de Jorge Maqueda en el lateral derecho del 5-1 español.

Una muestra más del hambre de victoria de una selección española que, pese a que ayer, ya clasificada para las semifinales, parecía la víctima propicia para una derrota, no tardó en adquirir una cómoda ventaja (8-4) en el marcador. A partir de ahí, los españoles dominaron a placer ante una Hungría inferior.