"Me pilla un poco lejos, pero lo intentaré. Después del partido cogeremos el avión y ahora mismo no sé si llegaré a tiempo". La voz de Javi Sánchez, estadísticamente el mejor deportista extremeño de todos los tiempos, suena lejana, pero clara. Está al otro lado del charco, en Brasil, donde ejerce como jefe de expedición de la selección española de fútbol sala, que ayer jugaba el segundo amistoso ante su eterno rival.

Faltan un par de horas para el inicio del partido, pero el exfutbolista cacereño pretende estar en la gala de los Premios al Deporte en Extremadura, que tiene lugar hoy en su ciudad natal. "Cualquier excusa es buena para ir a Cáceres", argumenta el ahora director deportivo de su último club, el Playas de Castellón, cargo que compagina con labores de alta gestión en la potente empresa de cerámica Macer.

Javi Sánchez estaba en Brasil como representante de la liga española. Pero el exdeportista es algo más en una selección que durante años ha capitaneado hasta la consecución de europeos y mundiales. Sin que él lo diga, es evidente que sus consejos valen para mucho para el seleccionador nacional, Javier Lozano, quien le dio los galones hace mucho tiempo y que ahora le ayuda para seguir dando triunfos al combinado español.

Tampoco habla de ello: él ya ha sido galardonado en los premios que se entregan esta tarde en el Multiusos y el ayuntamiento le distinguió como Hijo Predilecto, pero en el repletísimo historial del exfutbolista, inexplicablemente, no se encuentra la mayor condecoración de Extremadura: la Medalla de la región. No la tuvo cuando terminó su carrera, hace un par de años, pero sus allegados no pierden la esperanza: algún día se hará justicia. Estamos ante el número uno.