El K-4 femenino español, tripulado por la extremeña Sonia Molanes, Beatriz Manchón, Jana Smidakova y Teresa Portela, logró el quinto puesto en la final, repitiendo el diploma olímpico conseguido en Atenas-04.

Las alemanas, vigentes campeonas olímpicas, consiguieron revalidar el título, por delante de sus principales rivales, las húngaras, mientras que las australianas se cuelan en el podio olímpico al conseguir la medalla de bronce, desplazando a las polacas, candidatas a la tercera plaza, al cuarto lugar.

Las palistas del equipo español se mostraron satisfechas después de obtener un quinto puesto en la final de los 500 metros. "Luchamos por medalla, por el tercer puesto, con la mala suerte de que nos ha tocado la calle del fondo y a Australia les ha tocado la segunda o la tercera con lo cual el viento al final lo hemos pagado un poco", dijo la sevillana Manchón.

"Veníamos a mejorar el puesto de Atenas, lo hemos igualado y la verdad, después de cuatro años tan moviditos creo que el balnance es positivo. Hemos competido muy bien y a pesar de ir por la calle ocho el equipo ha ido siempre arriba", añadió.

No quieren las españolas hacer del viento una justificación por ese bronce que no se han colgado al cuello pero reconoce Manchón que en "la última parte se nota. Cuando vas a mitad de carrera y viene una ráfaga, el barco se frena y si estás protegida en la parte de la grada tienes un poco más de ventaja".