Suele decirse que, después de muerto, sigues un vivo mientras te mantengas en la memoria de los demás, de quienes te quisieron. Si es así, Rafael Bernal Fali , futbolista nacido en Huelva pero criado en Cáceres que falleció en accidente de tráfico en el 2002, continúa respirando muy profundamente. Lo hace a través de los pulmones de muchas personas que ahora reivindican que la ciudad que le vio crecer le dedique una instalación deportiva.

Familiares, amigos, excompañeros de su colegio y club, el Diocesano... Todos se están moviendo a distintos niveles para que, al menos uno de los campos federativos de Pinilla se llame como él. Se fue con 21 años, cuando jugaba en el filial del Valencia, arañando ya el éxito que hacía presagiar su calidad. Debutó con 17 años en Segunda B con el Cacereño y también pasó por el Don Benito. En todos los sitios dejó la impronta de su talento futbolístico, pero sobre todo de su calidad humana.

La mirada de su padre, Rafael Bernal, evoca el recuerdo imborrable del chico. "Nosotros no le vamos a olvidar nunca, pero creo que al igual que sucede con otras personas, merece que un lugar del deporte en la ciudad lleve su nombre. Hemos empezado los trámites hace un año y medio y llegué a verme con el concejal Pedro Muriel", cuenta.

Nunca es tarde

"Simplemente se lo merece", reclama Enrique Martín, que fue su entrenador en el Dioce . "Era una gran persona. Se le veía desde pequeño. Allá donde iba hacía amistad con la gente", añade.

Fali también pasó por las manos futbolísticas de Gerardo Hierro, otro histórico del Diocesano. "Pasó por el mundo como un buen jugador, pero sobre todo como un gran ser humano. Es justo que se le recuerde al menos en una parte de un recinto en el que él jugó mucho, como el de Pinilla", apunta.

Quienes compartieron el balón con él también realizan una defensa vehemente de la iniciativa, incluso destacando que, pese a que ya han pasado 12 años desde el fatal accidente en Motilla del Palancar (Cuenta), su legado no ha perdido vigencia. "Es lo mejor que podíamos hacer con su memoria. También estamos preparando un torneo de fútbol base que llevaría su nombre", apunta Germán Macías. El polifacético José Luis Leo --comunicador, responsable de prensa del Al-Qazeres y humorista--, fue portero en su mismo equipo. Estima que "lo que nos dejó Fali fueron sus valores. Resultaba raro que no estuviese sonriendo. Era un tío muy alegre, muy generoso, y uno de los mejores futbolistas que ha dado Cáceres. Si no nos hubiera dejado ahora estaríamos hablando de una leyenda. Con el tiempo, valoras más lo que fue para nosotros, eso es algo indudable".

Tercia Enrique Martín: "Es que nunca es tarde. En una reciente comida que se hizo de antiguos jugadores y entrenadores del Diocesano se le estuvo nombrando constantemente". A su lado, Hierro llega a hablar del "espíritu Fali ". "Han pasado doce años y le seguimos echando mucho de menos".

Juan Serrano Macayo, Teodoro Casado, Agustín Ramos Guija, Sergio Trejo... Son ejemplos de cacereños que durante su vida se entregaron al deporte y cuyos nombres se inmortalizaron en pabellones, campos de fútbol o piscinas. Fali , aquel chico que hacía magia con una pelota en los pies, puede ser el próximo. Los suyos seguirán peleando para que sea así.