Feliciano López logró ante el croata Mario Ancic el triunfo más importante de su carrera, en su escenario favorito, el All England Club, un recinto tradicionalmente vedado a los éxitos españoles, para alcanzar los cuartos de final de Wimbledon, algo que no sucedía desde que Manolo Orantes lo consiguió en 1972.

El toledano, marginado de los rasgos tradicionales que definen a los tenistas españoles y distante del encanto que la arcilla supone para gran parte de los miembros de la Armada, está obsesionado por exprimir sus condiciones en otro tipo de suelos. Y ahí, hacerse grande.

Wimbledon es su sueño. El español en activo con mejores números en césped --doce victorias de quince-- ha aprovechado su talento en su cuarta aparición en Londres para incluirse entre los ocho mejores del tercer Grand Slam del curso. Y lo hizo de forma concluyente y autoritaria. Tumbando al croata Mario Ancic, un especialista en el pasto, semifinalista en el pasado curso. Un hijo deportivo del que fuera campeón en el All England Club, Goran Ivanisevic.

Feliciano López despachó en tres mangas a su adversario (6-4, 6-4 y 6-2). Prolongó las excelencias del juego que apabulló, dos días antes, al ruso Marat Safin, quinto favorito y ganador vigente del Abierto de Australia.

El toledano, que resguardó a la perfección su sólido saque, que perdió sólo en una ocasión, mantuvo una concentración impecable. Superior a la presión que a veces delataba su rostro en la antesala de un momento histórico.

Un break en el quinto juego encarriló la consecución del primer set para el español, cuyo tope en Wimbledon estaba fijado en los octavos del 2002 y 2003, frenado por Andre Sa y Roger Federer. El pasado curso no llegó a atravesar la tercera ronda. Ahora buscará el más allá ante el australiano Lleyton Hewitt.

DERROTA DE FERRERO Juan Carlos Ferrero se topó con la mejor versión de Roger Federer, campeón de las dos últimas ediciones del torneo de Wimbledon, y no pudo superar los octavos de final del tercer Grand Slam, por ahora su mejor registro, después de caer por 6-3, 6-4 y 7-6 (6). La superioridad de Federer frustró las intenciones españolas de ubicar a dos miembros de la Armada entre los cuartofinalistas de Londres. Algo sin precedentes, en un torneo donde la superficie hace humana a la Armada .