Como el ejército que gana una batalla para invadir tierra quemada, el Madrid amaneció con cierto desazón ante la oportunidad perdida en el clásico. Aún con las quejas por lo que se considera, desde el club hasta la afición, una mala aplicación del videoarbitraje en las dos jugadas de Varane; y con el reconocimiento al buen juego de los de Zidane. Pero fue una conquista sin recompensa.

Nada puede tapar que el único impedimento del Madrid para ganar en el Camp Nou fue la falta de gol. En ningún caso es un problema de juego (Zidane ha armado un equipo sólido y competitivo), tampoco una falta de acierto momentánea en el remate, el problema del nuevo Madrid de Zidane va más encaminado a una ausencia de jugadores de remate, a la carencia de un complemento para Karim Benzema, al vacío de goles que tiene por defecto la plantilla blanca.

Mientras Cristiano Ronaldo reverdecía viejos laureles en Italia con un vuelo extraordinario a los 35 años para marcar un gol estratosférico; el Madrid domina y dominaba en el Camp Nou sin una ocasión clamorosa con la que contentarse.

CRISTIANO, AÚN SIN SUSTITUTO / Desde que se marchó el portugués del Madrid, la media de goles por partido va cayendo en picado de manera alarmante y sin remedio aparente. Entre los casi dos goles y medio que promedió el equipo en la peor marca con Cristiano Ronaldo, en su última temporada, y los menos de dos que promedia esta temporada está la diferencia entre un equipo que marcaba goles con muy poco esfuerzo y otro que tiene que hacer muchísimas cosas bien para marcar.

La reclamación de dos penaltis a Varane en balones aéreos, un cabezazo de Casemiro que sacó Piqué y un gol en fuera de juego anulado a Bale es poco bagaje ofensivo para el juego del Madrid en el Camp Nou. Al equipo de Zidane le cuesta una cantidad ingente de buen juego y trabajo conseguir un gol. Lo que antes era un argumento de crítica de equipo grande contra los blancos: «No hace nada y te mata», decían los técnicos rivales. Ahora se ha transformado más en un clásico de los modestos: «Nos faltó el gol», dijo Zidane, tras las quejas de Butragueño, para poner voz al madridismo.

El técnico francés es el centro de muchos de los elogios al Madrid, después de haber sido capaz de montar un equipo con las hechuras para competir ante el Barça. También sale reforzado del clásico Fede Valverde, la gran innovación del técnico francés, asentado definitivamente como una pieza fundamental. En la faceta de presión y contención, la ejecución del Madrid fue ejemplarizante.

ENTRE ISCO Y HAZARD / Especialmente ensalzado ha sido el partido de Isco, pese a que estaba en el once para ejercer las funciones del lesionado Hazard: el juego entre líneas, el desborde y el último pase; que tanto echó de menos el equipo. Dos taconazos en situaciones poco naturales del juego fueron la aportación en el área rival del malagueño, otro integrante de la lista de centrocampistas madridistas que no están capacitados para añadir una suma considerable de goles.

La baja de Hazard es la principal razón esgrimida en Madrid para explicar la carencia del equipo en el momento de cristalizar en ocasiones manifiestas de gol su dominio territorial, también ha sido la gran apuesta del club para rejuvenecer el proyecto.

Aún así, hay quienes piden una solución aparte del belga, que aún está por mostrar su mejor versión en el Madrid.