Félix Campo, presidente del Cacereño, rompe hoy su silencio. Después de una larga temporada sin decir nada públicamente, y aunque sea a través de un comunicado, el empresario salmantino terminará con el oscurantismo que ha rodeado los últimos movimientos y explicará sus planes de futuro, sobre los cuales hay todavía muchas dudas.

Campo ha permanecido mudo desde que firmara el convenio de colaboración con el ayuntamiento, mediante el cual el consistorio le ha concedido una subvención de 180.000 euros (30 millones de pesetas). Desde entonces, y coincidiendo con el bajón definitivo del equipo, que derivó en el descenso a Tercera, las reiteradas llamadas para conocer su versión han sido estériles.

Mientras tanto, Campo ha estado pensando incluso la posibilidad de vender el club, aunque su entorno lo niegue. Sin embargo, al menos dos grupos de empresarios se han interesado vivamente y ha habido conversaciones entre las partes. Su propio entorno, al menos salmantino, es partidiario de la venta, aunque de ello puede depender el juicio del día 28 contra el expresidente Angel Carrasco.

En todo este tiempo, también conversó con el director deportivo y entrenador, Ismael Díaz. Aunque éste tampoco ha dicho nada públicamente en medios extremeños sobre su continuidad o no, Campo ha decidido no seguir con él, si es que su proyecto sigue adelante. El técnico sí ha confesado este fin de semana en Diario Málaga-Costa del Sol que sólo sabe que no va a seguir en Cáceres. Sobre un presunto interés del Marbella, afirma que no han hablado con él, algo que, dice, sí le hubiera gustado.