Primero fue el Rey, por cortesía. Pero después Rafael Nadal se saltó todos los protocolos para correr a abrazarse, a llorar, con los suyos, con esa familia de Manacor que un dia empezó a hacer famosa el tío del tenista, Miquel Angel, pero de la que ahora el propio exfutbolista se enorgullece de que sea conocida por este nuevo fenómeno del deporte. "Estoy más orgulloso y satisfecho de este triunfo de Rafael que de todas mis victorias", aseguró ayer, desde la sinceridad que demostraba su entusiasmo, el exfutbolista azulgrana.

Pero Miquel Angel no estaba sólo en París. Ningún Nadal lo ha estado estos últimos días. "Somos una familia muy unida", confesaba en el palco de acompañantes de la pista central, aún con los ojos llorosos, Sebastiá, el padre del tenista. Acostumbrados a ocupar un segundo plano, Sebastiá, su esposa Anna Maria y la hija de ambos --y hermana de Rafael--, Maribel, decidieron viajar esta vez a París para no perderse una final histórica. Este año sólo habían ido a las de Barcelona y Montecarlo, pero no podían faltar a la del primer Grand Slam que podía caer en manos del joven tenista. "No pensábamos que pudiera llegar tan pronto, pero bienvenido sea", dijo Sebastiá, que nunca ha presionado, sin embargo, a su hijo para que logre resultados. "Si no hubiera ganado, no pasa nada".Bajas obligadasEl palco de acompañantes también acogía ayer a más Nadal en su fiesta. Los Rafael abundan en la familia. Un tío del tenista, regidor del ayuntamiento de Manacor, que lleva ese nombre también estaba en París. En cambio el patriarca de la familia, del mismo nombre, se quedó en Mallorca porque su esposa Bel se rompió hace poco el tobillo. La hermana gemela de Miquel Angel, Marilén, completó la nómina de bajas porque acaba de ser madre de su tercer hijo."Ha sido un partido complicado y le ha costado ganar, pero es normal porque era una final importante, la primera de un Grand Slam, y al fin y al cabo Rafael es humano", explicaba el exfutbolista internacional, que algo sabe de finales. "Las finales están para ser ganadas, aunque no siempre se puede", aseguraba, sin duda con el recuerdo amargo en mente de la Copa de Europa perdida con el Bar§a en Atenas contra el Milan.La exigenciaQuien tuvo más suerte es su hermano Toni, tío y entrenador del tenista, que ayer triunfó en su primera final de un torneo grande. Pero eso, como es habitual, no le hace perder el mundo de vista. Aun imbuido de la satisfacción de la conquista de la Copa de los Mosqueteros, el técnico no escondió que su sobrino no había jugado al mismo nivel en que lo había hecho en Montecarlo o Barcelona, por ejemplo. "Ha jugado muy tensionado y no ha conseguido imponer su juego. Le ha faltado agresividad, ha abusado del juego defensivo y ese es un aspecto que debemos corregir, porque, si no, no progresara en su tenis", analizó el hombre al que más dedicó el título el nuevo campeón."Majestad, le dedico el triunfo a usted y a la Reina", le dijo Rafael Nadal al rey Juan Carlos cuando se saludaron. El monarca le agarró por el cuello para agradecerle la victoria y cómo le había hecho disfrutar.

"Ha sido un partido complicado y le ha costado ganar, pero es normal porque era una final importante, la primera de un Grand Slam, y al fin y al cabo Rafael es humano", "Las finales están para ser ganadas, aunque no siempre se puede",

"Ha jugado muy tensionado y no ha conseguido imponer su juego. Le ha faltado agresividad, ha abusado del juego defensivo y ese es un aspecto que debemos corregir, porque, si no, no progresara en su tenis",

"Majestad, le dedico el triunfo a usted y a la Reina""Siento que no esté aquí la Reina, pero ha tenido que ir a Barcelona porque acabamos de ser abuelos otra vez, de una niña"