Con el fichaje de David Beckham, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, afianza su sueño de convertir al club en la principal multinacional global de la historia del fútbol. Beckham aporta al Madrid el único mercado que le faltaba a Florentino Pérez, para cerrar la mayor operación de mercadotecnia jamás montada por un equipo de fútbol: Asia.

No es casual que 24 horas después del fichaje por el Real Madrid, Beckham, acompañado de su esposa Victoria Adams, la exSpice Girl, se encuentre en Japón para comenzar una gira asiática que le llevará también a Vietnam, Malasia y Tailandia.

La gira es para hacer publicidad de algunas de las marcas con las que tiene acuerdos, una de las facetas extradeportivas que genera importantes recursos para el Spice Boy (21 millones de euros en los últimos dos años).

Tampoco es casual que el Real Madrid haya planificado su pretemporada con una gira por dicho continente, con partidos ya acordados en Pekín y Tokio. Nada puede ser casual si se tiene en cuenta que el Real Madrid va a cobrar tres millones de euros por partido --ya están programados cuatro--, en la que supone la primera vez que el equipo blanco realiza su concentración de pretemporada fuera de Europa.

Con Beckham en sus filas, esa cantidad por amistoso, en realidad un partido ed exhibición de figuras, sin duda se incrementará porque, como dice el director deportivo del Real Madrid, Jorge Valdano, tiene "una imagen muy poderosa", además obviamente de su calidad futbolística.

Antes, los jugadores eran contratados por expreso deseo del técnico, el mejor conocedor de las necesidades de la plantilla, o del presidente, que se encaprichaban de un determinado futbolista. En el Real Madrid de hoy, como revela Valdano, hay que tener en cuenta también la opinión de la dirección de mercadotecnia, esos expertos que miden el interés por el fichaje de una estrella en capacidad -mundial- de promición de la imagen del club.

En este sentido, ningún futbolista compite en imagen con el spice boy .