Tras sus explosivas declaraciones contra la junta de Sandro Rosell, la respuesta del presidente del Barça y las aclaraciones de Tito Vilanova, Pep Guardiola ha dado por zanjada la polémica iniciada por él mismo hace un mes. En la rueda de prensa previa a su debut en la Bundesliga, este viernes ante el Borussia Mönchengladbach, el nuevo entrenador del Bayern de Múnich ha evitado echar más leña al fuego.

"La relación de Barcelona hacia Múnich será de ida, nunca de vuelta", ha dicho el técnico de Santpedor. "Todo lo que le vaya bien al Barça me hará feliz, eso es una obviedad", ha añadido, esquivando así la pregunta de un periodista.

También ha rehuido pronunciarse sobre quién de los nominados --Leo Messi, Frank Ribéry y Cristiano Ronaldo-- merece llevarse el premio al mejor jugador que otorgará la UEFA el 29 de agosto en Mónaco. Tras elogiar a los tres candidatos, especialmente al delantero argentino --"el jugador más importante que tuve"-- y al centrocampista francés --"quise ficharlo para el Barça"--, que ahora tiene bajo sus órdenes, se ha mostrado "contento" de no tener que tomar tan peliaguda decisión. "Los tres merecen el título", ha concluido.