Pocas competiciones permiten a los nietos competir contra sus abuelos. Una de ellas es el ajedrez, que el pasado viernes vivió una de esas emotivas jornadas con el primer Torneo Intergeneracional Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Cuatro generaciones estuvieron representadas en equipos de diez jugadores: niños, jóvenes, adultos y mayores en el encuentro lo organizado por el Club Deportivo Castra Caecilia y la Asociación Juvenil de Ajedrez Arroyo de la Luz en el Centro de Mayores Peña del Cura.

El objetivo era pasar una buena tarde. Y sin duda lo consiguieron. Los más pequeños se atrevían sin miedo no solo a jugar, sino a comentar jugadas con sus contrincantes compartiendo opiniones del juego, respetando y valorando el esfuerzo de cada movimiento. Los jóvenes y los mayores comentaban sobre diferentes aspectos de las partidas mientras compartían otras opiniones.

Se cumplió con creces el principal objetivo: pasar un rato ameno y divertido de convivencia, en la que los participantes establecieron relaciones de respeto, comprensión y ganas de superación. "El ajedrez favorece el desarrollo cognitivo de los niños y el envejecimiento activo y funcional de los mayores; en jóvenes y adultos, el pensamiento reflexivo, la asertividad y la toma de decisiones, lo que hacen del ajedrez una buena herramienta para el trabajo, así como para la transmisión de otros valores como el respeto y la aceptación de victorias y derrotas entre otros", cuentan los organizadores.

En esta ocasión también sirvió para acercar a las diferentes generaciones, que se conocieron mejor e interactuaron entre sí. "Adultos, jóvenes y niños tenemos mucho que aprender los unos de los otros".