En Moscú tampoco. La primera clasificación de Javier Cienfuegos para la final de un gran campeonato internacional tendrá que esperar al año que viene. Esta vez el montijano tampoco pudo entrar entre los doce mejores del lanzamiento de martillo, ofreciendo una actuación por debajo de sus posibilidades.

Las sensaciones previas de 'Cienfu' eran altamente positivas. Es todavía joven (23 años), pero se enfrentaba ya a su tercer Mundial después de los de Berlín y Daegu. Y él mismo hablaba sin complejos de estar peleando con los mejores en la final del lunes. Pero no será así, lastrado seguramente por la presión de la gran competición.

Algo agarrotado, fue el segundo lanzador en saltar a la pista de un estadio moscovita. Lanzó el martillo a 70,79 metros, muy lejos de los 76,71 que acreditó hace menos de un mes en Leganés y que supusieron el récord nacional.

Tenía dos oportunidades más para mejorar y escalar posiciones. Se metían los doce primeros. Pero nada. En el segundo intento le fue incluso peor todavía (70,05), lo que terminó de descomponerle. En el tercero y último se vio obligado a arriesgar y la consecuencia fue un nulo que se sellaba una decepción a la que cuesta encontrarle paliativos. Si se hubiese acercado a su mejor marca, a la que se sentía con fuerzas de lograr cuando desembarcó en Rusia hace un par de días, hubiese accedido a la final. Quedarse fuera es una sensación que conoce bien y contra la que tendrá que combatir en las próximas semanas. Su recorrido hacia la élite del martillo mundial sigue siendo positivo, pero es un atleta ambicioso que no tiene rival en su disciplina a nivel nacional. Pero quizás eso esté siendo un problema.

'ALVARITO', ESCENA La otra opción extremeña en los Mundiales de Moscú tiene su día hoy. Se trata de Alvaro Martín, el llerenense de 19 años que compite en los 20 kilómetros marcha. Es el atleta más joven de la delegación española y parte con expectativas distintas a las de Cienfuegos. Todavía un novato en esta distancia y en categoría junior, su meta es coger experiencia en este tipo de citas y que no le ocurra como hace un año en los Juegos de Londres, cuando la ansiedad le pudo e, intentando competir por encima de sus posibilidades, acabó retirándose.