Pese a su juventud, Jorge Lledó y Miguel Angel Beltrán son la vieja guardia del Plasencia Galco. Junto con el recién regresado Fran Robles, son los únicos supervivientes de la plantilla de la temporada pasada.

Lledó, el capitán, destaca por el hecho de ser éste ya su cuarto año en una ciudad que le adora y le admira. "Las carencias que pueda tener por ser pequeña lo compensa con lo acogedora que es. Estoy muy a gusto", afirma. Nacido en San Javier hace 23 años, pasó por las canteras de Murcia y Alicante y después estuvo en EBA con el Archena.

Con una peña

Tiene el privilegio de tener una peña con su nombre, con pocos componentes, pero que va aumentando en sus componentes poco a poco. "Es un grupo de personas que cada partido animan al equipo y a mí, que es algo que me halaga muchísimo", afirma.

Lledó, que es estudiante de psicología, defiende la unidad del vestuario, destacando sobre todo el comportamiento de los dos norteamericanos, Trelonnie Owens y Terrence Stewart. "Se integran en el grupo con normalidad", señala. "El año pasado sólo teníamos un extranjero, Jiri Okac, y este año hay más, pero no hay ningún problema", añade.

Respecto a las diferencias entre la LEB-2 y LEB es que "es más competitiva y más fuerte físicamente, muy igualada. Muchos jugadores pueden llegar a la Liga ACB".

A su lado, sonríe con timidez. Es de Beas (Huelva), pasó por las categorías inferiores del Barcelona y por El Ejido hasta llegar a Plasencia para aportar su corpulencia. Tiene un año menos que Lledó. Al igual que éste, evoluciona constantemente en su juego, teniendo un peso más adecuado para su altura, 2,07. Todos en el equipo le definen como "muy buena gente" y en la ciudad ya ha cultivado muchas amistades. El juega más minutos en la LEB que en la LEB-2.

¿Cuál es la clave del éxito? "El trabajo y que en la pista defendemos fuerte y jugamos como equipo", responden.