Las desgracias siguen persiguiendo a los Lakers en una temporada en la que saltan de pesadilla en pesadilla. Después de firmar el peor inicio de temporada de la franquicia en los últimos 34 años, del cambio en el banquillo y de la muerte de su propietario, el cuadro angelino, torturado por las lesiones, vio como el tendón de Aquiles de su estrella, Kobe Bryant, se rompía. Una noticia que eclipsaba la sufrida victoria (118-116) ante los Warriors en una gran noche de Pau Gasol, que permite a los Lakers mantener el octavo puesto del Oeste.

"Es un mazazo para todos los que le queremos y le respetamos", comentó el pívot catalán. Superado sus problemas con la fascitis plantar, Pau se reencontró con su mejor versión y firmó un triple-doble (26 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias). Pero la lesión de Kobe, a tres minutos del final, borró cualquier rastro de alegría en el Staples. "Se ha roto. No puedo ni andar. He intentado hacer un poco de presión sobre el talón, pero ahí no hay nada. La sensación es de que no tengo tendón", relató el escolta, que había firmado 34 puntos en una nueva exhibición de coraje y talento. El jugador más determinante de la NBA --tiene ya 34 años-- desde el adiós de Michael Jordan y hasta la irrupción de Lebron James estará de 6 a 9 meses de baja.