«Creo que este deporte solo me aporta cosas buenas, no creo que me pierda nada o que deje de hacer cosas, solo gano. Conozco a gente, me permite viajar, gano experiencias, no lo cambiaría». Así de segura responde Laura García García, de Zalamea de la Serena, que a sus 15 años es la número 221 del ranking mundial de tenis de mesa, alcanzando su mejor posición hasta el momento. Además, a finales de junio se colgó tres medallas en el Campeonato de España 2019.

Es joven, pero tiene los objetivos claros. Como en el deporte, en lo académico también apunta alto y ante la pregunta de qué quiere estudiar en un futuro, rápida y sin dudarlo contesta con un «voy a estudiar medicina». Un sueño que podrá alcanzar con más facilidad ahora que le han otorgado el reconocimiento de deportista de alto rendimiento por el Consejo Superior de Deporte, lo que le ayudará a compaginar los estudios con la competición y con los entrenamientos, a lo que dedica un mínimo de dos horas al día. «Tengo que ser más madura a la hora de organizarme para poder llevar bien mis estudios, pero lo considero como una de las cosas buenas que me aporta el deporte», confiesa.

De alumna a profesional

Sus inicios en el tenis de mesa fueron de lo más normal, en clase de educación física. Durante estas, su profesor y ahora entrenador, Matías Dávila, «vio algo» en la alumna y la animó a apuntarse en el equipo de su colegio, el Calderón de la Barca. «Empezamos en las clases de educación física como una actividad más. Después participamos en campeonatos, veía que se me daba bien, me empezó a gustar, seguimos entrenando y hasta ahora». Y su ‘descubridor’ no se equivocaba, pues la joven no ha parado de demostrar que este es su deporte, construyendo paso a paso una trayectoria que augura un futuro prometedor.

En la actualidad forma parte del CDTM Rivas, equipo madrileño, con el que ha podido participar en División de Honor. «En Extremadura no hay equipos de División de Honor; si un extremeño quiere jugar en Primera División tiene que salir de la región, como en el caso de Laura, que se ha tenido que marchar», comenta Dávila, con el que sigue entrenando en Zalamea de la Serena.

Pese a su corta trayectoria profesional, la ilipense cuenta ya con importantes logros, participando en varios campeonatos internacionales, lo que le ha permitido alcanzar el puesto 221 en el ranking mundial de tenis de mesa. Entre los últimos, la tres medallas en el Campeonato de España 2019 disputado en Tarragoona y donde compitió junto a su compañera María López. Una plata en dobles infantil, en equipos infantiles fueron bronce y, por último, otro tercer puesto en juvenil, compitiendo en una categoría superior a la suya. Sin miedo a enfrentarse a jugadoras más mayores, su futuro es bastante alentador.

Dejando atrás «su mejor temporada hasta el momento», ya se centran en la preparación para el año que viene, aunque sin poner un objetivo fijo. «Lo principal ahora es centrarse en el entrenamiento y ver lo que hay que mejorar. Queremos evolucionar y mejorar», dice su instructor. Con certeza, la joven seguirá dando grandes alegrías al deporte extremeño.