Quince años, más de media vida, le ha dedicado Jorge Sánchez Cano (Plasenzuela, Cáceres, 27 de marzo de 1992) al Diocesano. Y está dispuesto a seguir hasta el final, «hasta que no pueda levantarme de la silla». Pero desde ahora ya no lo hará como futbolista. La imposibilidad de compatibilizar el fútbol y su vida laboral le han llevado a colgar las botas cuando solo tiene 27 años, pero él, al que todos conocen como Abuelo desde que tenía 12 años («creo que era por mi forma de correr»), seguirá vinculado al club como entrenador. El cadete ‘A’ será su equipo esta campaña.

«La vida, a veces, nos lleva a tomar decisiones que no queremos y, para mí, esta es una de las más difíciles», decía el capitán del Dioce en una emotiva carta de despedida. Es profesor en el colegio Diocesano José Luis Cotallo y el horario de trabajo es incompatible con el de entrenamientos del equipo de Tercera, de 14.30 a 16.00. «Yo soy alguien que necesita entrenar; no tengo ni la calidad ni la creatividad de otros jugadores, por eso necesito estar en forma. Suplía todas esas cosas con mucho trabajo», asegura él con la mayor sinceridad. «Nunca seré capaz de ponerle menos del 100% a todo lo que hago en mi vida», decía en su carta.

«Todo lo que soy es gracias al Dioce», Jorge Abuelo, que primero ascendió con el juvenil a División de Honor en el 2011 (aunque no puedo jugar en esa categoría) y después con el sénior a Tercera en el 2017.

La decisión no ha sido fácil, reconoce. Llevaba mucho tiempo meditándolo. La campaña pasada ya compatibilizaba trabajo y entrenamientos a duras penas. «La mayoría de los días iba a entrenar sin comer, a toda prisa». Y no podía llegar al nivel de exigencia que creía debía dar, por lo que ahora dice adiós en medio de una gratitud generalizada a compañeros, técnicos y amigos. «Orgulloso de haber sido el capitán de este equipo los últimos 4 años y de ver crecer al club desde mi etapa infantil. Eternamente agradecido CD Diocesano».