El Barón de Coubertain fue el instaurador de los primeros Juegos Olímpicos de la modernidad. Nos remontamos al año 1896 en Grecia. Ser sede de uno de ellos es la aspiración máxima de muchas ciudades del mundo, ya que no se concede a un país, sino a una sede determinada. En realidad, esto no es así del todo, ya que tiene que estar volcado en esta tarea un país, pero sobre todo un Gobierno central, debido a la complejidad de la organización que ello lleva implicado.

¿Por qué el título que encabeza esta reflexión? por la ya consabida candidatura de Madrid para los Juegos del 2012, primero, y los del 2016, después. Bajo mi punto de vista, Madrid ha sido una fantástica candidata, es más, ha sido la que más apoyo institucional y ciudadano ha tenido en las dos tentativas. Desde aquí quiero alabar al gran equipo que formaron estas dos candidaturas, desde la Casa Real hasta, por qué no decirlo, el propio presidente del Comité Olímpico Español (COE). Qué gran labor la que han hecho el alcalde Ruiz Gallardón y Alejandro Blanco.

En mi reciente visita al COE, al que fui en calidad de presidente de la Comisión Regional de Deportes del PP, tuve ocasión de hablar y expresarle a Blanco el apoyo del presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, a la candidatura y, por supuesto, a la subsede de Mérida.

Unos Juegos equivalen a progreso para una ciudad, pero también para una nación. Siempre hay un antes y un después de ello. Por eso he dicho que Madrid estaba preparada, ya que, entre otras cosas, porque tenía el 70 por ciento de las instalaciones terminadas. Y por eso dije que el mejor proyecto ha sido el de la capital española.

Pero no pudo ser. A mi entender, las rotaciones y, sobre todo, el gran trabajo y la gran presentación del presidente Lula, en la que dejó muy claro que no eran las Olimpiadas de Río, sino las de Sudamérica, caló muy hondo entre los componentes del COI.

Quiero subrayar y resumir lo que significan unos Juegos con dos citas. ´Citius, altius, fortius´ y "en el deporte lo importante no es ganar, sino participar". Todo ello extracta lo que es el espíritu olímpico, como se hace cada cuatro años.

Desde esta tribuna, quiero seguir apostando por Madrid´2020 y significar que, aunque no haya sido elegida para el año 2016, el movimiento olímpico demostrado durante todo este tiempo estará presente en Río de Janeiro en el 2016.