Han pasado, como todos, más de dos meses encerrados en sus casas. Algunos, pícaros, como el australiano Jack Miller se ha ido a su país para poder entrenar enseguida con moto, pero más del 90% de ellos han tenido que estar recluidos en los gimnasios, en sus casas, en sus pueblos y/o en Andorra, donde hace ya unos días que pueden practicar con sus motos, esperando que les concediesen permisos para poder volver a coger sus máquinas.

Desde hace ya unos días, los residentes en Andorra, como Maverick Viñales, Àlex Rins, los hermanos Aleix y Pol Espargaró, Fabio Quartararo, Tito Rabat y Joan Mir, por ejemplo, han podido practicar con sus motos en el circuito de velocidad de Pas de la Casa, en Andorra. «La verdad es que había muchas ganas de volver a bailar encima de la moto y nos lo hemos pasado muy bien», reconoció Marc Márquez tras esta primera experiencia. Ahora les ha tocado el turno a los hermanos Marc y Àlex, la pareja del equipo oficial Repsol Honda, campeón del mundo de MotoGP y poseedor de la Triple Corona (título de pilotos, constructores y escuderías), que, el pasado martes, cogieron sus motos de cross y se fueron a practicar deslizamientos y salto en el trazado de motocross El Bosquet de Ponts, en Lleida.

Los dos esperan con ganas el regreso del Mundial, que podría tener lugar, el 19 y 26 de julio próximo, con dos GP consecutivos, de España y Andalucia, en Jerez. «No he tenido, tampoco, un invierno muy normal tras la operación del hombro derecho y antes de subirse a la moto, tras dos meses sin tocarla, tenía esos run run en el estómago de si se me habrá olvidado ir deprisa, disfrutar, pero, nada, a la segunda vuelta ya estaba en forma y forzando a tope, o casi», agrega Marc.

El Circuit de Barcelona-Catalunya, después de 68 días cerrado, reinició ayer hoy su actividad con una sesión de entrenamientos con normalidad.