El que era técnico del Extremadura UD hasta la noche del domingo, Juan Marrero, se despidió ayer primero de sus jugadores en la ciudad deportiva y después de los aficionados en una multitudinaria rueda de prensa en el Francisco de la Hera, donde estuvo acompañado por el vicepresidente del club, Manuel Franganillo.

Marrero aseguró que se marcha "muy triste y con el corazón roto", y argumentaba sus pesar explicando que "han sido dos años y tres meses de mi vida muy bonitos. A nadie le gusta ser destituido, pero es verda que tiempo ha sido de los más importantes de mi vida deportiva".

El entrenador recordó los logros conseguidos en las dos primeras temporadas: los ascensos a Tercera División y a Segunda B. Y añadió que entiende que en esta tercera temporada "las exigencias han sido altísimas para el peor presupuesto" de la categoría de bronce del fútbol.

El valenciano añadió que "se ha tomado una decisión la de su destitución que respeto, pero no la puedo compartir porque estamos a un partido de salir de los puestos de descenso; somos un recién ascendido y sobre todo porque yo me veía muy fuerte para salir de esta situación. La plantilla que hay va a salir seguro, y a medio y largo plazo el objetivo, que era la permanencia, se iba a conseguir".

Juan Marrero se marchó con agradecimientos para todos los que le han apoyado en este periodo. "El sentimiento es de gratitud a la junta directiva; es difícil dejar amigos y yo los dejo: a la plantilla, al cuerpo técnico, a los utilleros. Gracias sobre todo a la afición, que creo que ha demostrado que es la mejor de Extremadura".

El equipo de Almendralejo es el segundo que cambia de entrenador en lo que va de temporada entre los extremeños de Segunda B, pues Manolo fue destituido en el Cacereño y sustituido por José Luis Montes.