ESPAÑA: Ricky Rubio (3), Llull (11), Rudy Fernández (8), Mirotic (6) y Pau Gasol (13) --cinco inicial-- Sergio Rodríguez (10), Navarro (5), Claver (4), Reyes (5), Calderón y Abrines.

BRASIL: Marcelinho Huertas (11), Leandrinho Barbosa (4), Marcus Vinicius 'Marquinhos' (10), Nené Hilario (6) y Augusto Lima (9) --cinco inicial-- Raulzinho Neto (3), Vitor Benite (4), Alex García (9), Guilherme Giovannoni (3), Rafael Hettsheimeir y Cristiano Felicio (7).

MARCADOR POR CUARTOS: 13-18, 31-34 (descanso); 45-53 y 65-66 (final).

ARBITROS: Ilija Belosevic (Serbia), Roberto Vázquez (Puerto Rico) y Damir Javor (Eslovenia).

Después de solo dos partidos en Río, la selección española de baloncesto ha pasado de una situación de optimismo, con perspectivas de pelear por una medalla olímpica, a situarse a las puertas de la depresión. La derrota frente a Croacia en el debut fue una señal de alarma de que las cosas no funcionaban. La encajada este martes frente a Brasil en este segundo encuentro (65-66) deja al equipo de Sergio Scariolo en una situación dramática y lo deja sin margen de error, casi obligado a ganar los tres partidos que le restan (Nigeria, Lituania y Argentina) para no verse eliminada.

Nada le funcionó a España, que apareció como un equipo del montón, sin alma, sin chispa, nada que ver con el campeón de Europa de hace unos meses en Francia y tiró mal, muy mal (5 de 19 en triples, un 37% de dos). Peleó por agarrarse al partido en acciones individuales, pero la apuesta no le acabó de funcionar. Ni Gasol (13 puntos, 10 rebote, pero 5 de 12 en tiros libres) pudo ponerle remedio a una derrota más que merecida ante un Brasil, que sin hacer un gran partido, sí le puso físico y ganas.

MALAS SENSACIONES Lejos de recuperar sensaciones, la selección transitó por el primer tiempo por un particular vía crucis. Esta vez no fue porque no se aportaran soluciones propuestas desde el banquillo. Scariolo utilizó todo tipo de defensas, todo tipo de combinaciones, interiores o exteriores. Empezó con Ricky Rubio de base. Y después intentaron dirigir al equipo Sergio Rodríguez y Calderón, que disputó sus primeros minutos, igual que Alex Abrines.

SOLO ESPESURA Falta chispa y sobra espesura, especialmente para mirar a canasta. Hay jugadores que parecen lejos de su mejor forma y eso se acusa. El balón circuló lento y llegó con poca regularidad a Gasol, por lo que se ha visto en los dos partidos, la única alternativa de garantías. El porcentaje de acierto de inicio ya fue para echarse a llorar: 1 de 8 en triples, un 38% en tiros de dos, y esas estadísticas fueron dos grilletes que lastraron también los pies de los jugadores.

Frente a una selección de Brasil que tampoco presentó argumentos convincentes, más allá de la energía que le transmitían las gradas, las selección deambuló, lejos de la imagen poderosa del último Europeo, y eso explica, mejor que nada, que el equipo de Ruben Magnano mantuviera el control de los primeros 20 minutos (31-34).

PARCIALES EN CONTRA El panorama no hizo más que empeorar en la vuelta de los vestuarios con un parcial, en un visto y no visto, de 2-9 para los brasileños, que situó un alarmante 33-42 y obligó a Scariolo a parar el partido con rapidez con un tiempo muerto. Colocado en una situación de máxima presión, el equipo español no tuvo más remedio que ponerse el mono de trabajar y pelear por cada balón como si fuera el último. Pero ese trabajo defensivo obligado, que consiguió llevar de nuevo el equilibrio al marcador (empate a 45), no sirvió para cambiar las malas sensaciones en ataque, ni tampoco redujeron los errores que permitieron a Brasil recuperar en un momento el control con un parcial de 0-8, que dejó a la selección en una posición muy delicada, que aún se hizo más exigente con tres puntos de inicio de Lima, en una acción de canasta y tiro libre adicional (45-56).

A partir de ese instante, el encuentro se convirtió en un carrera desesperada para evitar lo inevitable, que la selección no pudo ganar, a pesar de sumar los triples que no le entraron antes, cuatro casi de forma consecutiva (dos de Llull, Rudy y Chacho Rodríguez) que colocaron de nuevo a España por delante (65-63). En esos instantes, todas las acciones penalizaron al equipo de Scariolo. Falló tiros libres: dos de Pau Gasol, con 65-64 a favor y solo 23 segundos fueron claves. Cedió un rebote vital bajo su aro: Marquinhos lo cogió y anotó a falta de 5.5 segundos. Y ni siquiera aprovechó la última posesión para forzar el último tiro. Demasiados errores para no merecer la derrota.