El medio centenar de socios compromisarios de la UD Mérida, salvo inesperadas sorpresas, dará hoy luz verde al traspaso de poderes a los inversores aragoneses por parte de la junta directiva presidida por Paco García.

En otras palabras, los compromisarios deben oficializar el cambio de propiedad del Mérida, que pasa de las manos del empresario local Roberto Vázquez a los zaragozanos Saturnino Martínez y Javier Sauras.

Pese a que la maquinaria se ha movilizado para evitar sorpresas, lo cierto es que en la sede del club todavía ayer se detectaba cierta inquietud ante la asamblea de esta noche (20.30 horas en primera convocatoria y 21.00 en segunda, en la sala de prensa del estadio Romano).

SIN OPOSICION El caso es que parece improbable que algún socio compromisario lidere un proyecto paralelo al de los inversores maños. Al menos, los expresidentes José Fouto y Manuel Molina señalaron a este medio que no harán nada en contra.

Si todo se desarrolla conforme a lo previsto, los socios aceptarán, en primer lugar, la dimisión del todavía presidente, Paco García, y su junta directiva. Curiosamente, en poco menos de cinco meses al frente del club, García presidirá su primera y última asamblea de socios.

Seguidamente, si se presentara algún proyecto paralelo, se convocarán elecciones. En caso contrario, tal como se pretende, el club se ahorrará el farragoso proceso electoral y ganará tiempo en un capítulo importante como es el de reforzar la plantilla en el mercado de enero.

En este sentido, según confirmó el director deportivo, José Lorenzo Jiménez, la intención es comenzar a presentar desde el lunes a los nuevos fichajes.

En el ámbito deportivo, la plantilla disfruta de sus vacaciones navideñas desde la tarde del sábado y el domingo por la tarde comenzará la preparación del choque del día 4 en Linares, donde no podrá jugar el vitoriano Golo por acumulación de tarjetas, tal como avanzó este diario en su edición del sábado.