Merve Aydin ofreció este martes públicamente su extensa versión sobre su conflicto con el Alter Enersun Al-Qázeres Extremadura que la acusa de no haber regresado de su país, Turquía, tras unos días de permiso, anunciando acciones legales contra ella y su agencia de representación. La base asegura que todo estaba pactado previamente, pero que su «único error fue volver a mi país sin un papel oficial firmado, confiando en las palabras del club».

Según señala, su comportamiento fue siempre «profesional tanto dentro como fuera de la cancha desde el primer día, peleando por el equipo y dirigiéndolo». El momento de inflexión llegó cuando comunicó al Al-Qázeres que quería marcharse debido a «los problemas personales que llevo arrastrando desde hace tiempo» y a que no se sentía «a gusto con la política del club».

Esto habría sucedido alrededor del 25 de noviembre y la respuesta de la entidad fue, siempre según su relato, que venían «partidos complicados» y que se le pidió que se quedase para afrontarlos, como así hizo, para después buscar una solución si seguía teniendo problemas psicológicos. «He cumplido con mi deber y jugado para que mi club ganase esos partidos importantes. Cuando declaré que seguía estando mal, nuestro director deportivo [Jesús Sánchez] me dijo antes del partido contra Zamora que me entendía, que esta situación se resolvería si mi agente enviaba la documentación necesaria y que lo primero era mi salud mental», añade Aydin, que se basa en que «el principal motivo por el que quiero abandonar el club es que no creo que pueda ayudar en esta situación. Durante todo este tiempo, he recibido ayuda profesional cada día».

La negociación

La negociaciónTras la victoria ante el Quesos El Pastor Zamora el pasado día 22, la jugadora cuenta que Sánchez le trasladó que el documento de rescisión «se debía redactar de manera correcta». «Mi agente preparó y la envió la carta por email como se requería. Cuando le pregunté [a Sánchez] si era necesario que me esperase a firmar o si podía marcharme, él me dijo que no había problema».

El jueves 24 se despidió de sus compañeras, cuerpo técnico y del propio director deportivo: «entregué mis llaves, me ayudaron a recoger mis cosas y me marché de Cáceres».

El punto probablemente clave llega ahora: «Como yo era la parte que solicitó irse, me pagué de mi bolsillo todos los gastos del viaje. Mientras nos decíamos adiós, el club me dijo que su puerta siempre estaría abierta si me encontrase mejor en un futuro y, tras eso, no contestaron a ningún mensaje enviado por mi agente».

Aydin dice sentir «mucha pena» de que el Al-Qázeres afirmase el pasado domingo que se había ‘fugado’ sin permiso «porque yo he representado a la ciudad de Cáceres, a su gente y a mi club de la mejor manera posible, tanto dentro como fuera de la cancha. He dado el máximo cada minuto que he jugado. He mostrado la mejor disposición. Volvería a actuar y a jugar de la misma forma».

Es en el último párrafo de su historia donde reconoce «el único error» por su parte: «volver a mi país sin ver ningún papel oficial firmado, confiando en sus palabras». «Nunca he sido una jugadora irresponsable ni he querido dejar al club en un posición difícil», señala, para a continuación dirigirse directamente a los aficionados: «Quiero que sepáis que mi agente les dijo que buscaran otra jugadora con mucha antelación, actué de la mejor manera posible. No me marché de Cáceres con el objetivo de volver y ellos me pagaron parte de mi salario cuando volví a mi país y el resto después del partido y entonces os contaron la situación a su manera».

Y deja caer que, como se ha publicado, se incorporará a la versión turca del programa ‘Supervivientes’: «Decidí embarcarme en una nueva aventura que veo como una oportunidad de volver al baloncesto más fuerte mentalmente».