Arranca la parafernalia de los premios individuales: toda la pomposidad del fútbol al servicio de la creación de mitos. Antes de que llegue el turno del Balón de Oro (en diciembre) la FIFA aprovecha el tirón para iniciar la votación de su premio, anual The Best.

Sin Modric, el último ganador, Messi y Ronaldo lideran, lejos de sus mejores temporadas, una lista sin los esperados sucesores y repleta de advenedizos liderados por los campeones de Europa del Liverpool, Mané y Van Dijk, que tienen méritos veraniegos que sumar a sus candidaturas, junto a Salah.

El senegalés, subcampeón de la Copa de África, y el neerlandés, finalista de la Liga de Naciones (después de no haberse clasificado para las dos últimas grandes competiciones: Eurocopa de 2016 y Mundial de 2018), parecen los grandes candidatos para continuar con la alteración del orden establecido que instauró el serbio Modric.

El Barcelona acude con dos aspirantes, el mito asentado, Messi, y el incipiente, De Jong, que comparte presencia con su antiguo compañero en el Ajax, ya en la Juventus, De Ligt, también subcampeones de la Liga de Naciones con Países Bajos, pero sobre todo como representantes de la temporada de ensueño del equipo holandés, con sonados triunfos ante Madrid y Juve, que terminó en semifinales de la Liga de Campeones. Su verdugo fue el Tottenham, representado entre los candidatos por un Harry Kane, que se perdió las heroicas semifinales por lesión, más como un reconocimiento que como un candidato real.

El juego del Ajax de Ten Hag enamoró a la Europa futbolística y dejó aparcado, por unos meses, el combate singular entre Messi y Cristiano Ronaldo, también aspirante al premio, que se ha adueñado del máximo nivel del fútbol en los últimos años.

El gran aliciente es comprobar si el argentino o el portugués recuperan el premio para aumentar su leyenda, o si el reconocimiento anual sigue la momentaneidad instaurada con el triunfo de Modric la temporada pasada, ausente en la lista de candidatos de este año.

La temporada del Madrid se ha llevado por delante todas las posibles candidaturas de jugadores blancos, salvo la del gran fichaje, Hazard, que compite tras una temporada discreta del Chelsea, en la que él ha reforzado su condición de líder antes de aterrizar en el Bernabéu. Los que no están son Pogba, el gran deseo de Zidane y del Madrid; Griezmann o Neymar, el gran fichaje y el posible refuerzo del verano del Barça.