El cefalópodo que se hizo famoso por predecir correctamente las selecciones ganadoras de ocho partidos del pasado Mundial de Suráfrica, incluida la final entre España y Holanda, murió ayer en el acuario de Oberhausen (Alemania). "Murió pacíficamente por la noche, de muerte natural", aseguró el director del acuario, Stefan Porwoll. "Lo vamos a extrañar muchísimo", añadió. Las autoridades de la localidad orensana de O Carballiño, que ya le nombraron "amigo predilecto", se ofrecieron para acoger los restos del fallecido pulpo en un museo.