En sólo siete días, el centrocampista del Cerro de Reyes, Nauzet Fernández, se encontró dos veces con el fatídico punto de penalti. En el estadio del Tenerife B, falló el lanzamiento y la oportunidad de dar el empate a su equipo, pero en el campo del Vecindario logró resarcirse. "Marcar un gol siempre produce bastante alegría y más, tras haber fallado la pasada semana un penalti", reconoce Nauzet, para añadir que "lo importante es que el equipo va creciendo. Ya tenemos nuestro primer punto y a ver si nos hacemos un poco fuertes en casa y seguimos con el buen juego que estamos haciendo".

La presión a la hora de lanzar la pena máxima "fue la misma que en Tenerife", explica Nauzet, aunque asume que "los penaltis se suelen meter y cuando se fallan, es más error del que lanza que acierto del portero. Hay que olvidarse de los fallos y concentrarse en materializar esa oportunidad. No tenía nervios porque el equipo confiaba en mí". En el momento de lanzar, Nauzet no sintió nada especial, "sólo pensé en meter el gol y que sirviera para que el equipo empatase. Vi que el meta se movió hacia su derecha antes de chutar y le lancé el balón al palo contrario".

Nauzet cree que el Cerro pudo ganar, después de "un inicio flojo, encajando un gol en el minuto 2. El equipo se repuso y empezó a crecer. Al final tuvimos varias ocasiones de gol, sobre todo la de Pierucci que nos sacan en la línea de gol y si llegamos a marcar, nos hubiéramos traído los tres puntos. En la segunda parte, la gente se lo empezó a creer más y puntuamos".