Pistas empapadas, barro, bolas pesadas por el agua y la tierra impregnada en ellas. Ese era el panorama que se encontraron los jugadores a los que ayer les tocó jugar partidos en Roland Garros antes de que casi a las siete de la tarde se decidiera la suspensión de la jornada por segundo día seguido. Dos horas y un minuto de juego. El tiempo suficiente para salvar la caja y no tener que reembolsar las entradas a los aficionados.

Y para evitar esa situación los organizadores hicieron jugar a los tenistas bajo una fina llovizna todo el día. Había que jugar. Al menos dos horas, y eso es lo que acabó pasando. Dos horas y un minuto para intentar avanzar también un calendario cada vez más complicado de cumplir.

Novak Djokovic y Roberto Bautista abrieron la jornada a las 12. Lograron acabar el primer set bajo unas condiciones que igualaban el duelo. Bautista lo aprovechó para arrebatarle el primer set del torneo al serbio (6-3) en 37 minutos, antes de regresar al vestuario empapados.

FERRER Y CARLA No volvieron hasta 2 horas y 43 minutos más tarde para intentar seguir jugando. El chirimiri no cesaba. Djokovic incluso se dio un paseo por la pista bajo un paraguas que pidió a una espectadora. Después se dejó de bromas, ganó el segundo set (6-4) y se adelantó en el tercero (4-1) antes de un segundo aplazamiento, que ya sería el último del día. "Las condiciones meteorológicas impiden finalizar los partidos en el día de hoy. Gracias por su paciencia", comunicó Roland Garros la suspensión, a las 18.51 de la tarde, al público a través de los altavoces. Entre esos partidos aplazados de octavos estaban el de Granollers con Thiem (2-6, 7-6), el de Ferrer con Berdych (2-1) y el de Gulbis con Goffin (3-0). Estos dos últimos decidieron retirarse de la pista sin el permiso del árbitro.

El caos fue total. Algunos llevaban casi 12 horas en las instalaciones sin saber si jugarían. No había pistas para calentar. David Ferrer incluso le pidió pelotear a Carla Suárez en la pista que dieron a la canaria, que ya lleva tres días parada. Apenas cinco minutos. "Al menos he tocado la bola un poco", le agradecía el alicantino a la canaria.

VERG ENZA Las que sí pudieron finalizar sus partidos de octavos fueron Simona Halep y Agnieszka Radwanska. Les costó una eliminación que abre el camino de Garbiñe Muguruza hacia la final. La rumana cayó ante la australiana Samantha Stosur (7-6, 6-3) y la polaca, que el día anterior se fue al hotel con ventaja de 6-2 y 3-0 ante la búlgara Tsvetana Pironkova (102 mundial) , se hundió cediendo 10 juegos de salida para acabar perdiendo 2-6, 6-3 y 6-3. Y explotó. "Es una vergüenza. Esto no es un torneo de 10.000 dólares, es un Gran Slam", se quejó.