BARCELONA: Ricky Rubio (10), Navarro (10), Mickeal (8), Morris (2), Lorbek (7) -cinco inicial-, Vázquez (11), Basile (-), Lakovic (3), Grimau (4) y Ndong (9).

CSKA MOSCU: Planinic (-), Langdon (12), Siskauskas (19), Khryapa (5), Kaun (9) -cinco inicial- Holden (7), Smodis (-), Mensah-Bonsu (-), Vorontsevich (-) y Ponkrashov (2).

ARBITRO: Brazauskas (LIT), Christodoulo (GRE) y Chambon (FRA). Sin eliminados.

MARCADOR POR CUARTOS: 12-11, 29-21 --descanso--, 47-41 y 64-54.

INCIDENCIAS: Primera semifinal de la Euroliga disputada en París Bercy.

Después de seis años de ausencia, el Barcelona volverá a disputar una final de la máxima competición continental, la séptima de su historia, tras derrotar al CSKA de Moscú por 64-54 en un partido muy táctico, en el que los de Xavi Pascual nunca se descompusieron.

Tras perder dos semifinales de la Euroliga ante el equipo ruso, en Praga (2006) y en Berlín (2009), el Barça sacó lo mejor de sí mismo e impulsado por la calidad de Ricky Rubio y de Erazem Lorbek se sobrepuso a un experimentado rival, que además parecía que le tenía tomada la medida.

El Barcelona no estaba en una final de la Euroliga desde 2003, cuando la ganó como anfitrión, tras eliminar al CSKA también en semifinales, un buen presagio para el partido de mañana ante el Oympiacos (21.00 horas).

Cimentó su ventaja en un buen segundo cuarto en el que puso tierra por en medio, pero a diferencia de la semifinal del año pasado, a los de Pascual no les tembló el pulso ni cuando el CSKA ofreció su mejor versión.

Once rebotes, cinco en ataque en los primeros cinco minutos, cimentaron las primeras ventajas del CSKA de Moscú. Sobrevivió el Barça con la intensidad de Mickeal, autor de los ocho primeros puntos de su equipo. Sufría el Barcelona bajo su canasta, se desangraba con las segundas y terceras opciones de los moscovitas, que dominaban la situación.

LA REACCION CULE El CSKA Moscú llegó a dominar por siete puntos de ventaja (4-11), hasta que entre Pete Mickeal y alguna recuperación de Ricky Rubio, el Barcelona se reactivó, se rehizo el equipo de Xavi Pascual y dejó a cero a los de Pashutin durante seis minutos. Total, un 15-11 con el primer triple del equipo barcelonés. En cuanto el conjunto catalán cerró su rebote en defensa y empezó a jugar más rápido en las transiciones, el partido empezó a tomar un claro color azulgrana. Mientras Xavi Pascual rotaba a sus hombres buscando la combinación perfecta, Pashutin tuvo que dar descanso a Khryapa (3 faltas personales) y a Kaun; y ni Smodis, lesionado durante buena parte de la temporada, ni mucho menos Vorontsevich están al nivel de los dos anteriores. Aprovechó la cortesía Ndong y con tiros desde el perímetro dinamitó la defensa del equipo ruso. Además, Navarro, errático hasta entonces, anotó su primer triple. La defensa le dio aire a los azulgranas y el senegalés puso la máxima diferencia (29-21) al término del primer tiempo.

Cambió completamente el panorama del partido en el tercer cuarto. El equipo ruso decidió jugar a intercambiar canastas, después de que comprobaran que en ataque posicional, hoy no iban a ganar al conjunto español. No se descompuso el Barça, que capeó el temporal, y por fin controló el rebote defensivo y pudo correr en ataque. Descontando minutos, los azulgranas mantuvieron las diferencias en el el cuarto final.