Fue, sin duda, lo mejor del partido. El comportamiento de las dos aficiones en las instalaciones de El Cuartillo no puede ser calificada de otra manera que de ejemplar. Ni un solo incidente, ni un mal gesto ni antes, ni durante ni después.

La grada del complejo de la diputación cacereña estaba casi repleta en un día de mucho calor. Esto es, alrededor de 800-900 espectadores, algo más de la mitad de los que estuvieron el pasado año en el Príncipe Felipe. Canal Extremadura televisó el choque. No hubo tantos arroyanos como se esperaba o, al menos, no se hicieron notar en exceso.

Faltó el consejero delegado del CPC, Antonio Martínez Doblas, que ya se excusó el día anterior con el presidente del Arroyo, Juan Bermejo. Los directivos visitantes, siempre acompañados por los locales, se situaron en una zona distinta a la que ha sido norma en este tiempo, en la parte más cercana a la torre, en uno de los extremos. Con ellos varios jugadores del Arroyo, entre ellos los lesionados Iban Espadas y Miguel Angel Espinar. Buen ambiente, sin nervios.

Sí hubo una coincidencia general: este campo de El Cuartillo no debería ser apto para jugar en Segunda División B. Ahí no hay discusión. Los jugadores de uno y otro equipo así lo comentaron después del choque, en plan informal, así como los entrenadores.

"Ya lo mejor es que nos quedemos en El Cuartillo", expresó en tono jocoso un aficionado verde. ¿Cuándo será el traslado al Príncipe Felipe? ¿Ya ante el Almería B? ¿Qué sucederá en breve? Incógnitas que no tardarán en resolverse.