CINTRA PLASENCIA: Fariña (6), Bogdanovic (7), Cardito (10), Alvarez (10), Bayle (17) --cinco inicial--, Gracia, Iglesias, Espadiña (2), Blázquez (20), Luis García, Fraile y Gacic (8).

LINENSE: Fernández (4), Ortega (25), Carrera (13), Buxton (14), Vedder (4) --cinco inicial--, Gil, Lucas Pérez (8), Cheernodolia, Ortiz y Rafa Martín (3).

MARCADOR POR CUARTOS: 15-16, 36-38 (descanso), 64-51 y 80-71 (final).

ARBITROS: Livares y Villanueva. Sin eliminados.

INCIDENCIAS: Final de la Final Four del grupo D de la Liga EBA.

El Cintra Plasencia se proclamó ayer campeón del grupo D de la Liga EBA tras imponerse a la Unión Linense Baloncesto (80-71) en la Final Four que ha organizado este fin de semana. El título no le vale el ascenso, aunque sí volver a ser sede de otra fase final en la que sí se jugará un puesto en la LEB Plata. Será del 20 al 22 de mayo y con Aracena, Valencia Basket y Alcázar como oponentes.

Los placentinos se vieron muy arropados por un público incansable, que apoyó en los momentos de debilidad a sus jugadores. El pabellón estuvo prácticamente lleno en una mañana pletórica, en la que los anfitriones supieron sacar fruto de su superioridad física. La ULB echó de menos además a dos de sus componentes, Juanma Ruiz y Joel Expósito, y sufrió los problemas de faltas de Blake Vadder, un 2,24 que resultaba difícil de parar para los pívots extremeños.

Pese a todo, fueron los visitantes los que llevaron el peso de choque durante el primer tiempo. Con el protagonismo ofensivo de Miki Ortega gozó de ventajas que apenas superaron los 5-6 puntos. El Cintra Plasencia dejaba aparentar cierto nerviosismo, pero encontraba la calma con los tiros lejanos de Pedro Blázquez, ansioso de poner fin a su carrera con un éxito. Al final del primer cuarto, 15-16. Y al descanso, 36-38.

POR FIN, EL DESPEGUE El tercer cuarto fue, sin duda, el más relevante. El conjunto de Jesús Porras subió líneas en defensa y empezó a anotar con mayor facilidad gracias a contraataques, con especial mención para sus exteriores Javier Cardito y Pablo Bayle. El marcador cambió de líder para no volver a volver a hacerlo y no solo eso, sino que las diferencias aumentaron muy rápidamente.

El golpe ya se le había dado al partido (64-51, min. 30) y solamente faltaba confirmarlo. Sin ideas, el Linense intentaba de forma desesperada no bajar los brazos, pero no podía ante el vendaval de juego placentino.

Ni siquiera el final fue emocionante, entre el júbilo general y la esperanza puesta en lo que pueda suceder dentro de dos semanas. Plasencia vuelve a tener muchas ganas de baloncesto, aunque todavía está por ver si, en caso de ascenso deportivo, el club asumiría el reto económico de regresar a la LEB Plata, una categoría a la que se renunció hace tres años. De momento, el camino hacia el éxito se está disfrutando. Y mucho.