Once partidos acumula ya el Cacereño sin encajar gol alguno, 990 minutos con la portería a cero en este inicio liguero, ayer con penalti en contra incluido -y detenido por David Jiménez-, pero su entrenador, José María Rebollo, no dudó en asegurar que cambiaría ese récord «por tener cuatro puntos más. Lo que nosotros buscamos son los tres puntos todos los domingos». Aun así, dio por bueno el punto conseguido ante el Moralo, «un equipo que está donde está por méritos propios». «Nos han defendido bien, no había espacios por los que hacer daño. Hemos intentado llevar el peso del partido, pero nos ha faltado gol», reconoció el preparador cacereño, que se refirió también a dos actuaciones concretas del árbitro: el posible penalti sobre Viñuela -«tenía que volver a verlo»- y el gol anulado a Javi Navarro -«el jugador me asegura que no ha controlado la pelota con la mano»-.

Mientras, Emilio Gil, entrenador del Moralo, explicó que llegaron a Cáceres con «la esperanza de sacar algo positivo» y que el punto sumado les sabe «a gloria». «Es casi imposible jugar en este campo», dijo el preparador, algo en lo que coincidió Rebollo: «El campo resta para todos, para el Cacereño y para su rival. A nosotros nos ralentiza y eso beneficia al contrario». «¿El truco de este equipo?», dijo Gil, «que está súper enchufado, súper intenso. Eso es vital para nosotros». J. J. T.