L a gimnasia estadounidense Simone Biles no se irá de Río con el pleno de cinco oros al que aspiraba, al resbalarse en su ejercicio de barra y ver cómo la pasaban en la clasificación su compañera Lauren Hernández, medalla de plata, y la holandesa Sanne Wevers, que consiguió un oro de valor incalculable.

Pese a ser Wevers subcampeona mundial de este aparato, las presentaciones que había hecho Biles en la barra, tanto en la jornada de clasificación como en las finales por equipos e individual absoluta, hacían impensable que perdiera el título.

Biles no apoyó bien en la barra después de un mortal y tuvo que agarrarse con ambas manos a la viga para evitar la caída, en un ejercicio que hasta entonces iba sin fallos. El 6,500 de dificultad le permitió, pese a no estar a su altura habitual en ejecución, irse a los 14,733 puntos. Esta vez no fue suficiente.

Wevers, de 23 años y especialista solo en barra, llegó a la final con la cuarta nota. Pero presentó aún más dificultad que Biles, 6,600, y con un ejercicio impecable se fue hasta los 15,466 puntos. Cuando pasaron las ocho finalistas y mantuvo la cabeza, mostró su felicidad.

Simone Biles lleva ganadas hasta ahora en Río cuatro medallas: el oro individual y por equipos y el de salto, más este bronce de barra. El martes disputará la final de suelo.

Los otros oros de la jornada fueron para el griego Eletherios Petrounias, que ya era campeón del mundo en anillas, y para el norcoreano Ri Se Wang en salto.

Petrounias, que fue el encargado de encender en Olimpia la llama que ahora arde en el pebetero de Río, superó en la final de anillas al brasileño Arthur Zanetti, que defendía el título y fue plata.

En salto, Ri Se Wang cumplió con los pronósticos y logró la medalla de oro, secundado también por Abliazin y por el japonés Kenzo Shirai.