El vallisoletano Julián Rodríguez Santiago, que dirigió el pasado domingo el Espanyol-Real Madrid por el que la prensa deportiva madrileña y el propio club merengue le han criminalizado, está desde ayer en Mérida, donde permanecerá hasta el domingo.

La presencia del árbitro pucelano en la capital extremeña es completamente normal, pues tiene raíces pretéritas y presentes en la ciudad. Años atrás, mientras trabajaba en el centro comercial Carrefour, estuvo adscrito durante siete temporadas al Comité Territorial Extremeño de Arbitros de Fútbol. Durante ese tiempo, primero ascendió de Tercera a Segunda B y después desde esta categoría a Segunda.

Tras su primera campaña en el colegio castellano-leonés, subió a Primera. Ayer declinó realizar declaraciones un tanto escarmentado por la polvareda levantada por su actuación y por sus primeras explicaciones de la conflictiva jugada que acabó con el gol del periquito Jarque y la consiguiente derrota del Real Madrid, que llegó a meditar impugnar el partido.

Novia en Mérida

En la actualidad, visita Mérida con frecuencia para ver a su novia emeritense. Al mismo tiempo, aprovecha para departir con sus excompañeros en la delegación de Mérida. Tampoco resulta extraño verle presenciar algún partido del Mérida en el estadio Romano.