Valentino Rossi recuperará mañana su imagen de deportista campeón. Heptacampeón. O eso intentará cuando, decenas de informadores, se le acerquen en el circuito de Brno, donde el domingo se reanudará el Mundial de motociclismo con el Gran Premio de la República Checa, para preguntarle su opinión sobre la acusación lanzada la pasada semana por la Hacienda italiana, que le ha recordado que debe 112 millones de euros por atrasos, multas e intereses provocados por no haber pagado sus impuestos en Italia del 2000 al 2004. Es muy posible que el Doctor se niegue a hablar de otra cosa que no sean los entrenamientos y la carrera de Brno, pero, de momento, incluso la Iglesia se ha atrevido a criticarle. Y, encima, desde lo alto de un púlpito.

Según contaba ayer La Tribuna de Treviso, el párroco don Claudio Miglioranza utilizó las acusación, imagen y popularidad de Rossi para criticarle en su homilia "No os dejeis embaucar por la carita de buena persona de determinados jovenes, de esos que, como Valentino Rossi, parecen que no hayan roto un plato nunca", dijo en su epístola el sacerdote, que criticó por qué nadie hubiese salido a la calle a protestar. "Estoy muy sorprendido al saber que ese muchacho había evadido 60 millones de euros".

Don Claudio, que pareció así seguir a pies juntillas la petición formulada, hace unas semanas, por el Gobierno Prodi para que la Iglesia les ayudase a convencer a sus fieles para que cumpliesen con el fisco, criticó también que "el Doctor saliera al paso de esa acusación diciendo que era un fantasma desnudo que paseaba con la Canalis, víctima de una investigación megagaláctica y mañana puedo ser un astronauta camino de Marte".

No contento con eso, don Claudio lamentó que muchos hubiesen considerado un mito "a alguien que murió como murió Marco Pantani" y también criticó la corrupción del calcio salvado "de milagro".