En la grada del Príncipe Felipe aún se recuerda a Sergio Carlos Sánchez , Sergio Sánchez (Plasencia, 1981). El jugador de Carcaboso se ha caracterizado siempre por su humildad, su entrega, su saber estar en las buenas y en las malas... Abandonó el Cacereño en mayo del 2011 y tras pasar una temporada por el Arroyo ha vuelto a casa, a su ciudad, para jugar con la UP Plasencia. Y el aire del Jerte parece haberle llevado de vuelta al pasado, a cuando hizo 24 goles con el Ciudad de Plasencia en la campaña 2002/2003. De momento ha marcado doce, pero tiene por delante trece jornadas para tratar de acercarse a esa cifra y aumentar los 82 tiene ya en el saco en Tercera, a los que hay que sumar los cinco que marcó en Segunda B.

"El agua de por aquí es rica en goles", dice Sergio Sánchez con una eterna sonrisa en su boca. Y debe serlo. El es el tercero en la lista de goleadores del Grupo XIV. Por delante están su compañero de equipo Luismi y David Alejo (Ciudad de Plasencia), aambos con 14; y como él, con 12 tantos, está Chema , del Coria.

Con 31 años Sergio dice que aún tiene mucho fútbol. O al menos eso espera. Chinato, UPP, Ciudad, Cacereño, Arroyo y otra vez UPP. El suyo es un nombre ligado al fútbol extremeño. A lo largo de su carrera le han pretendido muchos otros equipos, sobre todo en los ocho años que estuvo en el Cacereño. Pero él siempre tuvo la misma respuesta: "No". "Estaba muy a gusto, me sentía querido, y hay cosas que no se pagan con dinero", dice. Y la afición del Cacereño le recompensó. Aún le recompensa. "La relación con muchos ya es de amigos", confiesa el jugador.

En Plasencia ocurre lo mismo. Y eso que ha vestido la camiseta de los dos equipos de la capital del Jerte. Eso no importa. Porque Sergio Sánchez es de esos jugadores currantes, que trabajan para el equipo, a los que no les importa sacrificarse.

Pero es, sobre todo, humilde, muy humilde. Ante la cifra de 82 goles en Tercera dice que si se reparten entre todas las temporadas no son tantos. "El año pasado solo marqué tres en el Arroyo", recuerda. Pero ahora algo ha cambiado. La clave puede ser el técnico, David Salvo , el mismo que tenía en el Ciudad cuando se desmelenó con 24 goles. "El sabe dónde puedo rendir más", cuenta. "Otros años he jugado más pegado a la banda; ahora soy más mediapunta, tengo más libertad e incluso algunas veces he jugado de delantero".

Capitán a los 25 años

Sergio empezó pronto a ejercer de veterano en el fútbol. Con Salvo despuntó en el Ciudad y de ahí dio el salto al Cacereño. Ocho años en los que vivió de todo, buenos momentos como el ascenso del 2008, pero también muchos sinsabores. El último fue en el 2011, cuando tuvo que dejar el equipo porque ya no contaban con él. En medio muchos momentos duros en los que fue capaz de echarse el equipo a la espalda. Con apenas 25 años ejerció de capitán. Y eso curte. De vivir obsesionado con el gol se convirtió en un jugador más solidario. Sabía que su labor tenía que ser otra. Y aceptó. Y ese es el Sergio de ahora.

Cuando habla de la UPP lo hace casi como un entrenador. Pero ni tan siquiera se ve ejerciendo esa profesión. "Creo que no sirvo para eso", aclara. Administración, finanzas y marketing. En eso sí, aunque de momento sigue buscando ("la crisis", dice).

"Está siendo una temporada muy difícil, apenas hemos podido jugar un par de partidos con todos los jugadores. Para el resto, entre lesiones y sanciones, hemos tenido que tirar de juveniles, y ni tan siquiera del equipo 'A', del que juega en División de Honor, sino del 'B'".

Ahora se prepara para el trascendental partido del domingo ante el Don Benito. El conjunto calabazón es tercero con 48 puntos. La UPP quinta con 41. Sus opciones de meterse en el play off están en esos 90 minutos, "y ni aún ganando será fácil, porque nosotros tendremos que pinchar algún día --asume-- y ellos lo están haciendo muy poco". Pero eso no importa. Sergio seguirá peleando hasta el final, incordiando una y otra vez a las defensas rivales. Palabra de goleador.