Cacereño - 0: René; Palero, Carrizosa, Gonzalo, Dani Gómez; Rocha (min. 76, Chapi), Abel Segovia, Lolo (min. 70, Manolo), Juanín (min. 56, Onega), Luismi; Mauri.

Badajoz - 0: Pagola; Jaraíz, Amine (min. 76, Ruby), Solano, Cardoso; Marcos, Sandro, Tete, Viyuela (min. 84, Martín), Cajoto; Etamané (min. 74, Ortiz).

Arbitro: Ortiz Arias (Madrid). En un encuentro sin problemas, jamás dio la ley de la ventaja. Tarjetas amarillas a los locales Lolo y Carrizosa y a los visitantes Viyuela, Etamané, Solano y Amine.

Incidencias: Alrededor de 3.000 espectadores en el estadio Príncipe Felipe. Terreno de juego muy mal, como de costumbre. Presencia de alrededor de 40 hinchas del Badajoz, que vieron el encuentro en un sector de Preferencia escoltados por la Policía.

El derbi no sedujo. Apelan siempre los entrenadores y hasta los analisistas más reputados que este tipo de encuentros vienen condicionados por las circunstancias previas y que los nervios y la ansiedad dan paso, por regla general, a la falta de fútbol. Al espectador de ayer en el estadio Príncipe Felipe y al que lo pudo ver a través de Canal Extremadura TV esta visión estigmatizada no le convence: si va a un partido quiere --o aspira-- a ver buen juego, goles y emoción. Si acaso, la mañana dio para esto último, porque de lo del resto poco. Muy poco. Nada, casi nada.

Y eso que las propuestas iniciales no fueron rácanas. Manolo apostó por su plantel más ofensivo, manteniendo a Juanín adelantado y devolviendo a Luismi a la titularidad. Con estos, Rocha y Mauri, ya había cuatro jugadores de vocación atacante. En el Badajoz, Tete, Etamané, Viyuela y Cajoto. Sin ´9´ --porque no lo tiene, ¿a quién se le ocurrió no renovar a Toni?--, Adolfo también había hecho oposiciones al ataque.

La consecuencia se transformó en espejismo. Los primeros 20 minutos, con juego fluido, fueron lo mejor del duelo. En este tramo iniciático, sucedió buena parte de lo más destacado. A Mauri (min. 8) le sacó un balón de gol Pagola y a Viyuela se le fue alto un balón aparentemente sencillo tras falló de René. En la jugada siguiente, David Rocha no llega por muy poco en inmejorable posición para hacer el 1-0. Muy poco más. ¿Dónde vio el bueno de Adolfo tres ocasiones claras de los suyos?

La excusa del lamentable césped del Príncipe Felipe, sirva como atenuante, ayudar a explicar encuentros-tostones como el de ayer. Pero hay que pedir algo más a Cacereño y Badajoz, ya que tienen futbolistas capaces como para elaborar algo más. Los últimos 25 minutos de este primer acto fueron un continúo centrocuentismo de esos que echan a los aficionados de los estadios. Apenas un par de toquecitos bien hilvanados de cuando en cuando, pero poca verticalidad. Eso sí, mucha entrega y disciplina táctica casi espartana en los 22 futbolistas. El Badajoz tuvo un poco más el balón, pero sin amenaza.

SEGUNDA PARTE El segundo tiempo siguió por similares designios, con un juego ramplón y atropellado por los dos bandos. Hasta la salida de Onega no ocurrió algo distinto, pero en ningún caso para tirar cohetes. La habilidad del 21 del Cacereño hizo que creciera por momentos el nivel, pero no hubo verticalidad.

Los verdes parecieron querer más el triunfo, aunque solamente un fallo de la defensa pacense rondó el premio. Ocurrió en el min. 69, cuando Abel Segovia se durmió --como el público, visto lo visto-- cuando encaraba en solitario a Pagola.

Las cabalgadas esporádicas del pequeño-gran Tete y el amago de combinaciones entre la maraña de centrocampistas visitantes fueron la contestación pacense. Había miedo a perder en ambos. Al final, no estuvo del todo mal, estadísticamente hablando: cinco puntos para los verdes en una semana peligrosa y diez en el global para el Badajoz, recuperando algo el terreno perdido el miércoles ante el Cerro. Pero hay que aspirar a más, unos y otros. Aunque solamente sea por respeto al que paga, todo un sufridor.