PLASENCIA GALCO: Martín (6), Blacksehar (6), Santana (24) y Barceló (15) y Robles (7) -cinco inicial- Santos (0), Blázquez (0), Fort (7), Conejero (1) y Clarkson (2)

ORENSE: Griffin (4), Zamora (2), Esmorís (10), Vázquez (14) y Ros (13) - cinco inicial - Ibéas (9), Pineda (3), Moore (10), De la Casa (0) y Marc Axton (0).

ARBITROS: Manuel Redondo y Angel Albacete. Muy mal. Protestados. Eliminados: Martín (min.32), Santana (min.35), Griffin (min.38) y Alex Ros (min.39)

MARCADOR POR CUARTOS: 22-16, 40-35 (descanso), 56-47 y 68-65 (final)

Ya pronosticaba Ñete Bohigas en la previa que el duelo sería más táctico que práctico. Y a fe que anoche la trigonometría entró en escena en un último cuarto sufrido, trabado y más que nunca trabajado los locales. Un Plasencia que tuvo que remangarse y ponerse el mono de trabajo para deshacerse de un Ourense que a pesar de estar contra las cuerdas un par de veces, siempre se levantó. Y si no se llevó la victoria fue porque desperdició hasta siete tiros libres seguidos cuando perdía por un punto de diferencia (58-57).

Vázquez empezó con un triple (0-3) y esa fue la mayor renta gallega, ya que los locales empezaron a golpear donde más le duele a Ourense. Entre los nueve puntos de Santana y los seis de Martín sumaron los primeros 15 de los de Bohigas, aunque el primer cuarto acabó 22-16.

Sería en los segundos diez minutos cuando por primera vez se consiguiera la decena de ventaja (26-16), pero un parcial de 2-13 para Ourense hizo rehacerse a los visitantes. El tortazo fue devuelto con un 10-0 y vuelta a la normalidad para irse al descanso con ventaja de cinco (40-35).

Tras la reanudación Santana se erigió en protagonista y se marchó fácilmente hasta los 24 puntos anotados. Martín, en el banco con cuatro personales, le dejó más espacio a él y a Robles, que con dos penetraciones volvió a romper el partido para llevarlo hasta una ventaja de once a falta de once segundos para el final del tercer cuarto que parecían suficientes.

PROTAGONISMO ARBITRAL No fue así. Los árbitros decidieron que ellos también querían salir en los periódicos y eliminaron a Martín y de un tirón a Santana, ¡zasca...! tres faltas en menos de dos minutos. Fue entonces cuando Griffin, por cuatro veces y Pineda por dos, pudieron poner un lazo al regalo, pero sus torpes manos dieron alas al Plasencia. Dani se desesperó en el banco, Ñete resopló en el suyo mientras sacaban las calculadoras.

La proeza tuvo más mérito si cabe porque sin fuerza interior --entre Barceló y Robles se encargaron de hacer bien los deberes-- Dani tuvo que tirar de un ´cojo´ Esmorís y de la velocidad de Moore. Pero tan solo se acercaba a un punto, (61-60); (64-63) y (66-65). Con trabajo se llegó al final cuando Nacho Fort interrumpió un balón que olía a empate. El 68-65 final refuerza a un Plasencia que anoche demostró que cuando se juega en equipo las fuerzas se multiplican.