Ricardo Fernández Montaño, entrenador del Mérida, mantiene el cargo... de momento. Consiguió salvar el puesto después de una intensa mañana que incluso hizo temer por su continuidad. La mala racha de resultados invitaba a pensar en la fulminante destitución del técnico del Mérida. Y es que el equipo emeritense encadena seis jornadas sin conocer la victoria en las que sólo sumó dos de los dieciocho últimos puntos en juego.

Además, a domicilio, el Mérida todavía no estrenó su casillero de puntos. El equipo de Ricardo Fernández Montaño perdió en sus cinco desplazamientos, por lo que es el peor conjunto del grupo IV de Segunda B como visitante.

INTENSA JORNADA

La intensa jornada de ayer se inició con la habitual charla táctica previa al entrenamiento de recuperación de los lunes en la que cuerpo técnico y jugadores analizan los aciertos y los errores cometidos durante el domingo.

En dicha reunión, Fernández Montaño, como reconoció abiertamente después, puso el cargo "a disposición de los jugadores, porque durante la semana trabajamos con mayor intensidad y después la actitud en el partido fue desangelada, sin ganas, encogiendo la pierna... Me sentí traicionado por ellos". Tras esto, Fernández Montaño dejó a sus jugadores para que se reunieran en solitario y decidieran "si estaban conmigo o no".

Minutos después, el entrenador volvió a entrar en el vestuario para conocer las intenciones de la plantilla. "Los jugadores me dijeron que sí están conmigo y que intentarán que los errores cometidos en Melilla no vuelvan a repetirse el domingo ante el Jaén. Espero que sea así, porque la verdad es que personalmente hoy (ayer para el lector) no me apetece pasear por Mérida porque siento mucha vergüenza", explicó. Tras el entrenamiento, Fernández Montaño y su ayudante, Bernardo Plaza, se reunieron en las oficinas del club con el presidente, Paco García, y con el secretario técnico, Moisés Rodríguez, para analizar la situación.

El técnico dijo que "cuando los resultados no son buenos, tú mismo notas la desconfianza en tu trabajo, aunque esto es normal en el fútbol", quiso dejar bien claro que "se equivoca quien piense que soy blando con la plantilla" y añadió que "estoy dolido, pero soy positivo y el barco estará más fuerte este domingo".

Por su parte, el secretario técnico, Moisés Rodríguez, admitió que "si seguimos abajo, habrá que tomar medidas", enfatizó que "los jugadores no son nadie para echar al técnico" y apuntó que el entrenador asume que "si los jugadores le fallan el domingo, presentará la dimisión". La plantilla descansará hoy y mañana empezará a preparar el choque del domingo.

La situación económica del club es una de las principales razones por las que Ricardo Fernández todavía es el entrenador del Mérida. "Por la cantidad que cobra Ricardo, será difícil encontrar a otro entrenador dispuesto a venir a trabajar al Mérida", reconocían ayer fuentes del club emeritense. Es evidente el nerviosismo que se respira en la capital autonómica.