Aparentemente despistada para las cifras y las efemérides, por muy importantes que puedan resultar para alguien de su envidiable historial competitivo, al final Yohana Rodríguez Parro (Arroyo de la Luz, 19 de enero de 1988) calcula que suman «sobre 20 años». Se dice pronto: esta deportista de pura humildad pero de pura élite, de insoslayable orgullo del milagroso voley extremeño, calcula el tiempo al que ha estado ligada a este deporte en su localidad natal. Una referencia, un estímulo para las que llegan, un estandarte inexcusable para todas, pero también un modelo de sacrificio lejos de cualquier incógnita que sugiere.

«Nunca se sabe», dice ‘Yoha’ cuando se le cuestiona sobre hasta cuándo estará enarbolando con talento la bandera del Extremadura Arroyo, ahora de vuelta en la Superliga 2. «He sacrificado mucho, mucho», dice esta enfermera del SES, ahora ejerciendo como tal en el Hospital Comarcal Tierra de Barros de Almendralejo, que es de lo que realmente vive. Lo asegura una persona nada dudosa en cuanto a darlo todo, a la que el voleibol le ha generado tanta pasión como problemas añadidos, compensados con ilusión y alegrías para los suyos.

«Seguimos ahí, pero este verano ya hablé con Adolfo (Gómez, el entrenador) para dejarlo; al final no lo hice». Esto ocurrió en tiempos anteriores, pero al final no se ha concretado esta temporada por hacer siempre el último servicio a la causa y esperar a que vayan entrando más canteranas.

Ella no pone peros, pese a todo. Y erre que erre, seguro, hasta que llegue el final. «Solamente me he perdido un partido esta temporada, el último ante el Chamberí porque tenía fiebre», aduce, en un fin de semana en el que tenía incluso que trabajar.

Y es que, además, está su puesto de trabajo en Almendralejo, con todo lo que ello supone para entrenar y jugar, a más de 120 kilómetros de distancia de Arroyo de la Luz. Como deportista de alto rendimiento, ha tenido facilidades en su centro de trabajo actual, no así siempre en otros anteriores. Pero ella jamás ha levantado la voz. Más bien al contrario. Su perenne sonrisa la delata siempre.

Yohana Rodríguez dice que esta campaña le ha venido bien al club, pese a bajar un escalón en la élite. «Fueron muy duros los dos últimos años, con muchos partidos perdidos. Ahora estamos mejor y vamos haciendo una buena campaña. Además, esto nos va a hacer sentirnos más motivados, con menos presión». Y ello ha hecho que el equipo esté ahora cuarto en la tabla, tras un inicio complicado por diferentes problemas. Y todo ello, con gente mayoritariamente de la casa. «Esperemos seguir arriba, incluso pensando en subir otra vez», pero nunca por obligación porque ya es un éxito que un modesto pelee ahí arriba, con los grandes, siquiera en Superliga 2. Ahí está Yohana, pura pasión, pura historia, ya, del voley regional.