"Desconocido el resultado del voto de confianza". Con este titular abría sus páginas este viernes el diario económico griego Imerisia. Incertidumbre es el adjetivo que mejor define la situación política de Grecia en un día que culminará con la votación de la moción de confianza presentada por el Gobierno del socialista Yorgos Papandreu supuestamente con la intención de reforzar su mandato parlamentario, pero que en realidad --sumada al referendo que planteó a principios de semana sobre el paquete de ayuda europeo y que el jueves se vio obligado a retirar-- ha despertado las mayores divisiones en años dentro del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK).

La moción se votará en torno a la medianoche, podría decirse que con nocturnidad y alevosía pero no. Se trata de una de las tradiciones de la práctica parlamentaria griega: las mociones se votan a horas en las que el resto de la población está durmiendo o divirtiéndose en las tabernas (pues los griegos, al contrario que el resto de los europeos y de forma similar a los españoles, tienen horarios tardíos). Hasta entonces, el país se mantendrá en vilo.

Se dice que la incertidumbre es el peor enemigo de los mercados y el jueves la Bolsa de Atenas fue una verdadera montaña rusa. Las cotizaciones bancarias se movieron en una horquilla de 15 puntos porcentuales, llegando a perder hasta el 6,1% --cuando llegaban noticias de que el Gobierno de Papandreu podía caer--, pero recuperándose al final del día hasta registrar ganancias del 9% al son de las noticias de la formación de un posible Gobierno de coalición con los conservadores de Nueva Democracia (ND). Pero estas aguas revueltas son también perfectas para que esos pescadores llamados especuladores se llenen los bolsillos haciendo apuestas arriesgadas.

Y es que nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá esta noche con Papandreu. Debe lograr la mitad de los votos favorables más uno de todos los diputados presentes en la cámara (151 si sus 300 señorías acuden a la sesión). Oficialmente, el PASOK cuenta con 152 diputados pero en este país y en estos momentos cualquier cosa es más segura que apostar por la lealtad de los diputados oficialistas. Eva Kaili, una polémica parlamentaria socialista, anunciaba el jueves a través de Twitter que no votaría por Papandreu y que abandonaría la disciplina del PASOK, pero luego no formalizó su amenaza a través de los métodos habituales: es decir, presentando una carta al presidente del Parlamento. Otra diputada independiente --que fue expulsada de ND por dar su apoyo a las medidas del Gobierno socialista-- ha anunciado este viernes que se abstendrá a pesar de que anteriormente había prometido votar a favor de Papandreu. Y un socialista más supeditó su apoyo al líder del partido a que se comience a negociar la formación de un Gobierno de unidad nacional con los conservadores.

¿Qué pasará tras la votación? Si Papandreu pierde, el presidente del país, Karolos Papulias, disolverá el Ejecutivo y ordenará la formación de un Gobierno de transición que lleve al país a las elecciones. Pero tampoco nada es seguro si Papandreu sale vencedor. Debido a la rebelión que hay en el seno de su partido, el primer ministro podría igualmente verse obligado a pactar un Gobierno de coalición.

De hecho, de espaldas a la votación de esta noche, continúan los contactos entre los dos principales partidos políticos para formar un Gobierno de unidad nacional que saque al país del atolladero en el que se encuentra y logre que el Parlamento apruebe el llamado Acuerdo del 27 de Octubre por el que la UE ofreció a Grecia un nuevo préstamo de 130.000 millones de euros y la condonación de 100.000 millones de la deuda griega --a través de la quita de parte de la deuda en manos de los bancos y fondos de inversión-- a cambio de nuevas medidas de ahorro, que implicarán nuevos recortes sociales y privatizaciones para una población ya exhausta y que, además, se ha quedado sin posibilidad de dar su opinión al ser retirado el polémico referendo de Papandreu.

La ultraderecha del partido LAOS, que votará contra Papandreu, ha pedido al líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras, que lidere la formación de un gobierno de “salvación nacional”. Por su parte, el Partido Comunista de Grecia (KKE), tercera fuerza en el Parlamento, ha dejado claro que no participará en ningún Gobierno de coalición que acepte los “dictados de la Unión Europea” y exigió “elecciones inmediatas”, algo con lo que coincide la Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA). Estas dos formaciones progresistas llevarán a cabo manifestaciones esta tarde en las cercanías del Parlamento.