La excepción fueron las elecciones municipales de 1979, las primeras de la democracia, cuando UCD ganó la votación. Pero desde los siguientes comicios, el PSOE ha logrado siempre la victoria en este municipio de la provincia de Badajoz; y ha gobernado. Villafranca de los Barros era un bastión de los socialistas, una apuesta segura, un lugar que siempre se visita en campaña electoral.

Esta vez el PSOE también ha sido el partido más votado, pero ha perdido la mayoría absoluta, de manera que está en el aire si será esta formación la que vuelva o no a coger las riendas del Ayuntamiento. ¿La razón? Necesitan el apoyo de Ciudadanos, que ha superado en número de concejales al PP y que será quién decida si Ramón Ropero repite o no como primer edil en su localidad. La otra opción es que la formación naranja le ofrezca su mano a los populares y formen un gobierno de derechas.

Ropero lleva 16 años seguidos de alcalde en este municipio, pero es que además ya lo había sido en una etapa anterior (1987-1993), con Juan Carlos Rodríguez Ibarra como presidente de la Junta. Y ahora su permanencia está en el aire.

Precisamente en esta carrera electoral para el 26-M Guillermo Fernández Vara, como candidato autonómico socialista, acudió a la romería de Villafranca para celebrar San Isidro, justo el día en que los sindicatos amenazaban con una huelga en el campo porque los empresarios no aceptaban la subida del salario mínimo interprofesional aprobada por el gobierno de Pedro Sánchez.

Las huellas

En su recorrido por las casetas, Fernández Vara se fue topando con las huellas naranjas que había dejado el candidato de Ciudadanos, Cayetano Polo, que también había acudido a esta fiesta campestre a arañar votos para las autonómicas y para las municipales.

A la vista está que el segundo objetivo se ha alcanzado y que ahora será esta fuerza la que decidirá quién mandará en Villafranca de los Barros.