Rachid Chaouati nunca había visto antes al misterioso hombre que le contrató para hacer "trabajos especiales". Un año antes de ser detenido, el hombre colgó un anunció en una revista especializada en seguridad ofreciéndose a trabajar como chófer o guardaespaldas. Un tal Antoine --seguramente Piazzole-- le contrató sin llegar a verle. Chaouati, que recibió una nueva identidad, cobraba 8.500 francos franceses al mes.