Participar en la discusión del Estatuto catalán o seguir diciendo no a todo y quedarse fuera del juego político. Los dirigentes del PP discuten qué hacer ante el Estatuto cuando el Congreso apruebe su toma en consideración el 2 de noviembre.

Mariano Rajoy insiste en que el partido no hará pública su decisión hasta que acabe el pleno del Congreso que ha de dar el visto bueno a la toma en consideración del proyecto catalán, pero advierte de que el texto estatutario no necesita "uno o dos retoques, sino 227: uno por cada artículo".

Todos coinciden en la "anticonstitucionalidad" del proyecto. Pero, mientras gran parte de la dirección y del grupo parlamentario creen que es obligado presentar sus propias enmiendas, el sector más duro rechaza lo que suene a colaboración "con un proyecto que abre la puerta a la secesión".

El sector más liberal tiene miedo de que esta postura comporte perder el tren, ya que el Estatuto centrará la vida parlamentaria de este curso político y no hay elecciones municipales y autonómicas hasta el 2007. Pero más de un miembro de la dirección opta por estar en la comisión y votar en contra o abstenerse. Consideran que el discurso catastrofista y los ataques al presidente del Gobierno han proporcionado unos réditos demasiado altos como para cambiar.