Mientras el PSOE y Podemos continúan atacándose, los socialistas comienzan a explorar una vía alternativa: cosechar el apoyo de Ciudadanos a la investidura del secretario general, Pedro Sánchez, y por el camino lograr también la abstención de la fuerza liderada por Pablo Iglesias y de los nacionalistas e independentistas con escaño en el Congreso. "Solo hacen falta más votos a favor que en contra", subraya un colaborador del líder del PSOE. Las cuentas, en teoría, salen: los 90 diputados socialistas y los 40 del partido de Albert Rivera sumarían siete más que los 123 representantes del PP.

Sánchez continúa insistiendo en que está "obligado a entenderse" con Podemos, pero la hipótesis de un voto a favor de Ciudadanos ha cobrado fuerza a raíz del reciente acuerdo entre el líder socialista y Rivera que llevó a Patxi López a presidir el Congreso. Los ataques de Iglesias al PSOE se recrudecieron a partir de entonces, al considerar Podemos que había sido engañado por los socialistas, que están en contra de que las alianzas territoriales de la fuerza morada tengan grupos parlamentarios propios. La dirección socialista señala que no hay nada escrito, que el escenario es "muy cambiante" y que ahora es Mariano Rajoy, como ganador de las elecciones generales, quien debe intentar formar gobierno.

En principio, y mientras el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, reclama un gobierno estable "tan rápido como sea posible", las dos primeras sesiones de investidura tendrán lugar en la última semana de enero. Si Rajoy fracasa, y todo hace indicar que fracasará (el PSOE insiste en que en ningún caso forjará una gran coalición a la alemana con el PP), será el turno de Sánchez.

"Por el momento todo son cábalas. La alianza con Ciudada-

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