Un año sin gobierno (las Cortes se disolvieron el 27 de octubre de 2015 ) y más de 300 días con reivindicaciones guardadas en un cajón que ahora toca desempolvar. Las escasas atribuciones del Gobierno en funciones lo invalidaban como interlocutor, y el escenario no era el adecuado, pero desde el viernes hay un Gobierno central a pleno rendimiento para bordar las cuentas pendientes con Extremadura. Financiación autonómica, empleo y ferrocarril son algunas de las cuestiones que la Junta de Extremadura, la oposición y los sindicatos han reivindicado ya a los nuevos integrantes del Ejecutivo, pero hay al menos una decena de asuntos y proyectos fundamentales para el desarrollo de la región o para sectores concretos, que están pendientes de las decisiones que adopte a partir de ahora el nuevo Ejecutivo.

Sobre prioridades habló el viernes el presidente Guillermo Fernández Vara para concretar tres asuntos claves: financiación autonómica, ferrocarril y empleo. Y para abordarlos planteó la primera medida: enviar cartas a los minstros responsables de las distintas áreas (Soraya Saénz de Santamaría, Íñigo de la Serna y Fátima Báñez, respectivamente) para afrontar cada una de esas cuestiones. Una de ellas también está en la lista de prioridades de Rajoy, que en su discurso de investidura del pasado jueves, se comprometió a reunir a los presidentes autonómicos para «generar un mínimo acuerdo» con el fin de reformar el sistema de financiación, que luego «se concretaría más desde el punto de vista técnico». Un día antes Rajoy había anunciado que convocaría «de inmediato» una conferencia de presidentes autonómicos para abordar este tema. Esa reunión es la que ya han comenzado a reivindicar dirigentes como Vara.

Más allá de la financiación, en la lista del debe de Rajoy con Extremadura figura en un lugar predominante la situación del ferrocarril y especialmente el futuro de la alta velocidad en la región. Ambos requieren de un impulso en esta legislatura tras años de abandono (en el caso del ferrocarril convencional) y de retrasos (en el AVE) que perjudican no solo al transporte de viajeros sino muy especialmente al de mercancías, lo que lastra la competitividad de la región.

Además, la precariedad del mercado laboral extremeño y la fragilidad de su tejido productivo llevan al gobierno regional y a los agentes sociales a reclamar medidas concretas para frenar la destrucción de empleo. El empleo figura también en el trasfondo de la DIA de la mina de Aguablanca en Monesterio que esperan en la zona como única opción de futuro para esta explotación, principal recurso de este terrirorio.

En el campo, los efectos de la tuberculosis bovina en la cabaña ganadera y la complicada situación del cultivo de tabaco son las prioridades que dirigen al nuevo Gobierno central, que además deberá zanjar proyectos como la construcción del trasvase de Portaje del que depende el abastecimiento de Cáceres o decidir si aborda infraestructuras como la autovía del Levante. H