No volverán a celebrar su aniversario hasta dentro de cuatro años, pero ayer, con un día de vida, Martina y Hugo apenas se inmutaban sobre lo que ocurre a su alrededor. Comparten pasillo en la planta de maternidad. La primera tiene más hambre que el segundo. Ambos lloran cuando sus madres los cogen en brazos. No se conocen y quizá sigan sin hacerlo cuando abandonen el hospital San Pedro de Cáceres, --la primera es de Santiago del Campo y el segundo del Casar de Cáceres--, pero ambos comparten esta semana el mismo revuelo en las habitaciones nada más nacer. Idas y venidas de regalos para la madre, aún dolorida, y alguno que otro envuelto en algún comentario sobre el nacimiento de sus retoños. El motivo de la inquietud, la fecha de nacimiento de los dos. Por suerte para los calendarios bisiestos y por desgracia para los tres restantes, los dos extremeños han venido al mundo este 29 de febrero. El 2017 no será tan benevolente como este y el segundo mes del año dejará de marcar su cumpleaños.

A quien si parece inquietarles esta cuestión es a sus madres. Aún tienen que decidir si celebrarán la fiesta de aniversario el 28 o ya en marzo. Tienen tiempo todavía, pero ya hacen sus cábalas. Prado Barrantes acuna a Hugo y asegura que "le da pena" que haya nacido el día 29. No salía de cuentas hasta el 10 de marzo así que no había planteado la posibilidad. Niega que haya antecedentes de bisiestos en su familia y asevera que su primer hijo "ha sido especial hasta para nacer". De hecho, con tan solo un día, su madre ya ha recibido las primeras bromas de sus amigos. "Cuando tenga cinco años nos lo llevamos de copas", le han reclamado en clave de humor cuando han visitado al pequeño Hugo. Las mismas inocentadas bisiestas recibe María Teresa Rivero, que razona con gracia que cuando su hija "cumpla 40 tendrá 10". Unos días antes tenía previsto el parto de Martina la vecina de Santiago del Campo. Ya le han recomendado que opte por el 1 de marzo para celebrar la fecha de su nacimiento. Explica que tiene una sobrina que nació el 28, así que festejarán un día uno y al día siguiente el de la pequeña Martina.

Año bisiesto, año fértil

Este fenómeno solo ocurre cada cuatro años, no obstante, curiosamente la estadística de nacimientos en la región se mantiene constante. Aunque la provincia de Badajoz acogió este pasado lunes más alumbramientos --19-- con respecto a la de Cáceres --10--, fue la capital cacereña la que llegó a mayor número de nacimientos con nueve, por delante de Badajoz que alcanzó los ocho y Don Benito-Villanueva que sumó seis. El hospital de Mérida alumbró a tres, Llerena recibió a dos y Plasencia se conformó con uno.

Este año, el número de nacimientos no ha superado los treinta pero mantiene un equilibrio con respecto a otros bisiestos. Desde el año 1992, --primer año bisiesto que registra el Instituto de Estadística Extremeño-- la cifra que maneja el organismo ha oscilado entre los 20 y 30 nacidos. De este periodo, el 2008 fue el año más fértil en la región con hasta 33 bebés y por contra el 2004 solo llegó a los 21. A todos ellos, que ya forman parte de un imaginario de singularidad, se suman los extremeños que acaban de ver la luz hace unas horas. No han salido del hospital y forman parte de la historia de los eternos jóvenes.