Nueva Rumasa ha presentado este mediodía en el juzgado de lo Mercantil de Badajoz el expediente para iniciar el concurso de acreedores en Carcesa, lo que permitirá desbloquear el impasse que viven los 300 trabajadores de las tres factorías extremeñas y también los numerosos acreedores, a los que los familia Ruiz Mateos lleva semanas sin pagar los productos que les habían venido sirviendo.

Para Rosario Riñones, presidenta del Comité de Empresa, esta es ahora mismo "la mejor noticia que nos podían dar", ya que a su entender el administrador judicial que se nombre podrá desbloquear la situación. Los trabajadores, según Riñones, se muestran esperanzados en que Carcesa pueda volver a producir como ha venido haciendo en los últimos años, "ya que nuestros productos tienen demanda y son muy apreciados en el mercado".

A partir de ahora, el juez nombrará a las personas que se harán cargo de la gestión de la factoría extremeña. Entre tanto, la semana próxima se reincorpora la totalidad de la plantilla, una vez finalizadas las "vacaciones forzosas" que han tenido que tomar ante la falta de actividad.

Carcesa es la segunda sociedad del conglomerado empresarial que se declara insolvente, después de que esta misma semana la firma de postres Dhul entrara en concurso en Granada y la familia Ruiz-Mateos fuese apartada de la gestión por el juez, según recoge la agencia Europa Press.

"Deseamos que la nueva situación concursal nos permita reanudar el proceso productivo y, con ello, poder hacer frente a los pedidos comprometidos", indica Nueva Rumasa, que confía en lograr un acuerdo con los acreedores para superar el concurso "lo antes posible".

El grupo de la familia Ruiz-Mateos sostiene que adopta esta medida con el objetivo de "proteger los intereses" de sus empleados, inversores y acreedores y de "garantizar la viabilidad futura" de la compañía.

En este sentido, Nueva Rumasa manifiesta su "más absoluta confianza" en que las acciones adoptadas garantizan el futuro de Carcesa, que fabrica patés, tomate frito y triturado, magro, callos y zumos y que opera con las marcas Apis y Fruco.

Carcesa, sociedad adquirida por la familia Ruiz-Mateos a la multinacional Kraft en 2008, fue la primera empresa del grupo en lanzar pagarés corporativos en febrero de 2009, con una rentabilidad del 8% anual.

Con fábricas en Mérida, Don Benito y Montijo, en la provincia de Badajoz, la empresa tiene una plantilla de alrededor de 300 trabajadores.

Nueva Rumasa opta por la suspensión de pagos de algunas de sus empresas porque la situación 'preconcursal' en la que se encuentran una treintena de sus firmas no impide que sigan produciéndose actuaciones ejecutivas por parte de acreedores y porque la situación de tesorería de las empresas "ha empeorado".

Además, considera que la mejor forma de alcanzar acuerdos con potenciales compradores o inversores es en el marco de un proceso concursal. En estos momentos, la familia Ruiz-Mateos está negociando con la sociedad portuguesa de capital riesgo Megafinance Partners, que estudia inyectar 70 millones de euros algunas de sus empresas, según confirmó a Europa Press una portavoz del fondo.

Nueva Rumasa está ultimando la solicitud de concurso voluntario de acreedores para la empresa de productos lácteos Clesa y, según fuentes sindicales, también para Cacaolat.