TQtuién no ha hecho dieta alguna vez en su vida? ¿Cuántas veces nos hemos preguntado si este alimento o aquel engordan? y ¿en cuántas discusiones amigables hemos intervenido a colación de si tal o cual alimento antes decían que engordaba y ahora no? Todas estas cuestiones están tan presentes en nuestra vida cotidiana, que a veces se convierten en una verdadera obsesión, y a raíz de ello aparecen mil tipos de dietas y mil tipos de libro ofreciendo la dieta ideal. Todo nos lo creemos, porque la verdad es que estamos proclives a ello y somos presa fácil de todos aquellos que nos quieren vender la panacea para olvidarnos de nuestra preocupación por adelgazar.

De principio, no existe ninguna dieta ideal, y debemos saber que todos los alimentos nos aportan calorías, salvo uno, el agua. Por ello, se puede afirmar que el comer engorda, aunque también se puede decir, que el comer es como un cuchillo de doble filo: si comes en demasía, engordas, pero si no comes lo suficiente tiendes a la desnutrición.

¿Alguien me puede decir que se debe comer que no engorde?, porque puedo responderle: todos los nutrientes aportan energía y, además, son necesarios para el organismo. Nuestro cuerpo necesita macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas), así como minerales y oligoelementos; y todos ellos ingeridos de una manera equilibrada. Todas aquellas dietas milagrosas proteicas o de otro tipo que sesgan la alimentación son nefastas para el organismo.

XEXISTE OTRAx falsa creencia de aplicarle a unos determinados alimentos la propiedad de adelgazamiento: se suele decir tomar un zumo de limón en ayunas adelgaza, o la famosa dieta de la alcachofa o decir que existen alimentos con energía negativa, totalmente falso. Así como creer que los cereales, tales como el arroz, o bien transformados como es el pan o las pastas, engordan. La realidad es que los cereales es la base de nuestra alimentación y nos aportan energía y volumen tan importante para la fisiología intestinal.

Entonces donde está la clave, me pueden inquirir. El cuerpo necesita alimentos en función de varios parámetros. Edad, sexo, estado de salud y físico, idiosincrasia fisiológica, gasto de energía y otros factores medioambientales a tener en cuenta. Tanto como gastamos, necesitamos. Se puede decir que debe existir un equilibrio entre lo que se come con lo que se gasta. Todas las personas no necesitamos la misma cantidad de aporte de alimentos, por ello todas las personas tampoco gastamos la misma energía. Se puede afirmar de un modo general, que debemos comer con moderación y no comamos más de lo que gastemos y no seamos como decía Terencio "Animus in patinis" (algunos tenían el alma en el puchero). A este respecto existen multitud de refranes en nuestra lengua española, uno de ello sería: "Hay que comer para vivir y no vivir para comer".

Podemos concluir que la mejor dieta es comer según las necesidades del cuerpo y no más y siempre hacer una alimentación equilibrada que la acompañemos siempre del ejercicio, pues es la forma de equilibrar la ingestión con la digestión.