«He conocido a un político que perdió unas elecciones y entró en una profunda depresión, algo que a lo mejor en casa yo no había sido capaz de apreciar». Es una de las conclusiones que Guillermo Fernández Martínez extrae del año y medio de trabajo en Guillermo Fernández Vara: el desafío del cambio. Ese es el título del libro que un hijo escribe sobre la figura de su padre y para su padre, aunque finalmente el texto vaya a ver la luz: mañana lunes se pone a la venta y el miércoles se presentará en Madrid con la participación de Alfredo Pérez Rubalcaba, autor del prólogo.

«¿Por qué un libro sobre mi padre? Esa pregunta es la que respondo en las primeras líneas del libro y lo hago porque tengo la sensación que desde hace un tiempo se está llevando a cabo una deshumanización de la política, que se ve como algo oscuro y tenebroso, y yo he visto otro lado de la política y quería contarlo», relata el autor.

Rubalcaba, Ibarra...

Y el punto de partida para mostrar ese otro lado de la política es un momento que forma parte de la «historia en Extremadura», ese 22 de mayo del 2011 en el que el PSOE (y su padre) perdió las elecciones y el gobierno de Extremadura tras más de dos décadas en el poder. Y a partir de ahí, los cuatro años de oposición, el regreso a la Junta, las elecciones generales, la irrupción de Podemos y la crisis socialista hasta la salida de Pedro Sánchez de la secretaría general del partido. Un retrato de Fernández Vara a través de más de 50 entrevistas y 100 horas de grabaciones para establecer el hilo conector entre lo que Fernández Martínez veía en casa y lo que le pasaba al político.

Aparecen fragmentos de entrevistas con personas como el expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra, con periodistas, con representantes del PP, de IU, de Podemos… «me interesaba tener una visión amplia de cómo percibían a mi padre», cuenta y reconoce que ese proceso le llenó de sensaciones complejas: «hablaba con periodistas muy críticos con mi padre. Estaba por un lado el oído del hijo al que le duele escuchar cosas, pero por otro lado estaba el oído del periodista --está en el último curso de la carrera en Madrid-- que quería entender al político. He tenido que ser frío y era difícil», reconoce.

Porque a través de esas entrevistas ha descubierto al político que hay junto al padre que conoce bien: «hasta que me senté a escribir era un ignorante de esa faceta de su vida» asume.

Y en medio de todo eso el libro encerraba un desafío porque, según explica le autor, se ha escrito sin que el protagonista lo supiera: «corría el riesgo de que pudiera llegar a influirme, así que decidí dejarle fuera, aunque quizás por eso he perdido un testimonio valiosísimo». De hecho Fernández Vara no supo de la existencia del libro hasta que el manuscrito inicial estaba cerrado e impreso --«de forma un poco cutre, porque era algo para él, no para que viera la luz»-- y le llegó por correo a casa. «Me llamó y me mostró su sorpresa y también me soltó: eso se avisa».

Charlas entre padre e hijo

Sin embargo, a pesar de no haber formado parte del libro también aparecen en algunos pasajes conversaciones entre padre e hijo. En una de ellas el presidente extremeño confía a su hijo una reflexión autocrítica después de que la oposición le tumbara los presupuestos de 2016: «si no hemos conseguido aprobarlos será que algo hemos hecho mal» recuerda que le dijo. Otras charlas significativas llegan tras el batacazo socialista en las elecciones generales del 20 de diciembre y las negociaciones posteriores con Podemos para formar o no gobierno: «No te voy a engañar. La situación me acojona», recuerda que le contó en uno de esos momentos.

Que el libro viera la luz no fue la idea inicial aunque comenzó a tomar cuerpo a medida que avanzaban las entrevistas «porque quería que todo el mundo tuviera acceso a esa información» o «a mi interpretación», porque asume que el libro también es eso. «No soy objetivo y no creo que se le pueda pedir a un hijo que sea objetivo con su padre, pero sí he intentado ser fiel a lo que he vivido», explica el joven estudiante de periodismo, que dice estar listo para escuchar a la crítica y a los críticos que pueden ver en el libro un halo de oportunismo.

«Siempre me ha gustado pasar inadvertido, pero creo que merecía la pena escribir sobre esto; y que alguien piense que intento aprovechar la coyuntura no me preocupa, quien me conoce sabe cómo soy y que no pretendo visibilidad», zanja.